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divendres, 29 de juny del 2007

Geocentrismos

GEOCENTRISMOS

Yo no digo que la Tierra sea plana, lo que digo es que hay que investigarlo, porque algunos medios han publicado informaciones que desmienten esa teoría oficial. Zapatero debe volver al Congreso y confesar lo que sabe acerca de este asunto. Yo se lo voy a preguntar hasta la extenuación. Y si al final la Tierra es redonda, y él ha tenido algo que ver en eso, debe admitirlo públicamente. Dicho esto, quiero añadir que soy hijo de juez y tengo un gran respeto por la judicatura, de modo que acataré lo que digan los tribunales, siempre y cuando no queden cabos sueltos en la investigación.

No sé si les suena el discurso de las líneas anteriores, pero es el que venimos escuchando machaconamente desde hace tres años, no importa acerca de qué. Para enturbiar un asunto tan claro como el de si la Tierra es plana o redonda, no hay más que zaplanearlo, acebearlo, y servírselo a Rajoy (que rajoynea como nadie) diez minutos antes de la rueda de prensa. En casos como el de los militares muertos en Líbano, conviene incluir un toque final de marlaskeo, con sabor a Audiencia Nacional. Marlaska, que ha marlaskeado con habilidad aznaril el caso del Yak-42, ha metido ahora mano en el Líbano, haciéndonos dudar sobre la teoría del heliocentrismo, insuficientemente investigada. Alguien preguntará en qué consiste el marlaskeo, el zaplaneo, el acebeo. Es evidente que en la acción de marlaskear, de zaplanear y de acebear, respectivamente.

Por cierto, que acaba de salir un diccionario estupendo (el DESAL), donde en la palabra "rodeo", por poner un caso, no dice "acción de rodear", que es la perogrullada a la que estábamos acostumbrados, sino que explica el concepto. La pena es que no ha incluido los términos marlaskeo, ni zaplaneo, ni acebeo. Aunque, para pena pena, no disponer de un Galileo dispuesto a defender con uñas y dientes su concepción del mundo. La pasividad informativa del PSOE frente a los radicales del desvarío nos hace dudar a veces de la redondez de la Tierra. Si algo no cambia ya, en las próximas elecciones tendremos que decidir, en vez de quién gobierna, quién da vueltas alrededor del Sol. ¿Cómo es posible esta afasia galopante frente al regreso del geocentrismo sanguinario?

Racionalidad

RACIONALIDAD

Tony Blair llevaba años dándole vueltas a la idea de abrazar el catolicismo. No se trata, pues, de una ventolera, sino del resultado de un cálculo espiritual según el cual hay mayores cantidades de Dios en esa religión que en la que hasta ahora profesaba. Si la presencia de Dios fuera directamente proporcional al nú mero de crímenes por metro cuadra do, quizá haya echado bien las cuentas. A más Dios, más sangre, siempre ha sido así. Por lo demás, pasar del anglicanismo al catolicismo tampoco es dar un giro de 180 grados; si acaso, de 360, lo que equivale a quedarse en el mismo sitio tras haber efectuado un rodeo inútil.

En términos de conversión religiosa, habría sido más espectacular que el Real Madrid hubiera hecho la ofrenda del torneo de la Liga a la Moreneta en vez de a la Virgen de la Almudena. La diferencia entre Blair y el Real Madrid es que el equipo de fútbol lleva a cabo estas elecciones religiosas sin una reflexión previa, impelido por la misma rutina que obliga al Atlético de Madrid a celebrar sus triunfos en la plaza de Neptuno. Si algún día lo hiciera en la de la Cibeles (suponiendo que algún día gane la Liga), estaríamos ante una auténtica conversión, un cataclismo.

Pero lo de los equipos de fútbol, y pese a la devoción con que los jugadores escuchan la misa de acción de gracias, no pasa de ser mero folclore. En lo más hondo, ni el obispo, pe se a abrir la catedral al espectáculo, cree que la Virgen de la Almudena haya influido en la marcha del torneo de fútbol. Lo que ocurre es que cuando no se sabe a quién agradecer un éxito absurdo, se recurre a instancias igualmente absurdas y todos tan contentos. Lo de Blair es diferente. Hablamos de un señor que invadió Iraq porque Bush le aseguró que se lo había dicho Dios. Y allí no se trata ba de ver quién metía más goles, sino de quién mataba más. Las tropas invasoras han matado mucho, además de desestabilizar la zona pa ra los próximos cien años. Que a estas alturas Dios forme parte de la agenda de Blair es demencial. Da lo mismo que se trate del Dios de los anglicanos, del de los católicos o del de Bush, que es idéntico al de Bin Laden. Por favor, un poco de racionalidad.

dimecres, 27 de juny del 2007

A ver si aprendemos

A VER SI APRENDEMOS

La policía descubrió en el coche abandonado por los etarras cerca de Ayamonte, además de los cien quilos de explosivos, ropa de baño para la playa, libros y gafas de bucear. Una perfecta combinación, en fin, de diversión y trabajo. La ventaja de aquellos para quienes su ocio es su trabajo es que están de vacaciones todo el año. Por la mañana bucean un poco y por la tarde, tras la siesta, matan otro rato. Al caer la tarde, leen en el porche con una copa de vino en el brazo del sillón. Eso es vida, sí señor, y no levantarse a las seis de la mañana para ir a una oficina espantosa en la que has de pasar ocho o diez horas haciendo cosas que detestas. Y todo el año ahorrando para poder descansar quince días en la playa. A lo mejor ese tipo con el has coincidido en el fondo del mar, observando el comportamiento de un pez de colores, es un etarra. Pero no está descansando de nada, porque para él matar es como bucear: un entretenimiento.

Los etarras, si hemos de juzgar por lo que hallamos dentro del coche que abandonaron la semana pasada cerca de Portugal, mezclan la pólvora con los pareos y envuelven las pistolas en los trajes de baño porque para ellos no hay frontera entre el negocio y la diversión. En ese sentido son de verdad unos revolucionarios. Al dueño de una funeraria le daría apuro irse de vacaciones en un furgón mortuorio. O no sería capaz de utilizar un ataúd de niño como cuna para su bebé. Sé de muchos taxistas que tienen, aparte del taxi, otro coche para los fines de semana y las vacaciones, porque necesitan establecer una frontera entre una cosa y otra. No les censurare mos, pero nos parecen unos antiguos.

No lográbamos averiguar por qué ETA era una organización revolucionaria, pero tras el hallazgo de ese coche vamos haciéndonos una idea. ¿Acaso no es revolucionario convertir el tiempo de vacaciones en tiempo de trabajo y viceversa? En el fondo, se trata de una variante laboral de la idea arquitectónica de Arturo Soria consistente en urbanizar el campo y ruralizar la ciudad. No se llevó a cabo porque la sociedad en la que vivió no fue capaz de seguirle el paso. Es lo que ocurre con la gente que se adelanta a su época. A ver si aprendemos.

diumenge, 24 de juny del 2007

Conversaciones raras

CONVERSACIONES RARAS

En la mesa de al lado, un hombre le decía a otro que no estaba seguro de que le gustara ser español. Me sorprendió el matiz (ese «no estoy seguro»). ¿Preferirías ser turco?, le preguntó su compañero. Por lo menos, me gustaría probar, fue su respuesta. Como se trataba de una conversación extraña, agucé el oído. Tras permanecer un rato en silencio, el hombre volvió a hablar.

- ¿Cómo son los turcos?

- No sé, he dicho turco como podía haber dicho rumano, o sueco.

- No lo creo. Si has dicho turco tiene que ser por algo. Si no, habrías dicho rumano o sueco. ¿Qué tienes con los turcos?

- No tengo nada con los turcos. Creo que me gusta cómo suena la palabra turco.

- En mi casa teníamos una cama turca para las visitas.

- En la mía también. Y no entendía por qué las visitas tenían que dormir en aquella cama. Un día me acosté en ella y tuve un sueño turco.

- ¿Por qué sabes que se trataba de un sueño turco?

- Porque la gente iba con turbantes.

- No sé si los turcos van con turbantes.

- En una enciclopedia vi el dibujo de un rostro con turbante. Debajo ponía: Cabeza de Turco.

- Pero cabeza de turco quiere decir chivo expiatorio.

- La verdad es que es todo muy raro porque turbante viene de turbar. Y aquel turbante no turbaba, sólo servía para envolver la cabeza.

- Mi hermana siempre salía del cuarto de baño con un albornoz y una toalla en la cabeza, a modo de turbante.

- ¿Y te turbaba?

- Pues la verdad es que sí, pero por el albornoz.

Se callaron un rato, al cabo del cual, uno de ellos dijo que no estaba seguro de que le gustara ser pobre.

- ¿Preferirías ser turco? -preguntó el otro.

Salí corriendo de la cafetería porque distingo una conversación circular a diez quilómetros. Y las tengo pánico.

divendres, 22 de juny del 2007

Espías

ESPIAS

Presa de un ataque de insomnio, me encontraba a las tres de la mañana frente al ordenador, en el trance de decidir si me ponía a escribir o no, cuando el puntero comenzó a moverse solo por la pantalla. Fascinado por la intrusión, dejé hacer al pirata informático y vi cómo entraba impunemente en mi procesador de textos, desde el que abrió la novela que tenía en marcha para introducir algunas modificaciones que (mentiría si dijera otra cosa) no me parecieron mal. El puntero iba de un lado a otro de la página con movimientos nerviosos, como si el intruso, pese a la hora, temiera ser descubierto. La operación duró unos veinte minutos.

Até cabos y comprendí entonces el origen de aquellas modificaciones que venía advirtiendo en mis textos y que no era consciente de haber realizado. Desde que un técnico me dijo que los momentos más difíciles para un ordenador son los de apagado y encendido, jamás lo desconecto, de modo que mientras yo dormía alguien entraba como un sueño en él y alteraba su contenido. Durante las siguientes noches, me levanté a la misma hora y comprobé que era así. Podría haber ordenado que limpiaran el disco duro para eliminar el troyano, pero, embrujado como estaba por la situación, lo dejé estar. Terminé (o terminamos) la novela (que curiosamente contaba la vida de alguien que ocupaba clandestinamente una vivienda ajena), la publiqué y eso fue todo. El pirata desapareció o entra a horas a las que no soy capaz de localizarlo.

El otro día estaba leyendo una novela policíaca cuando noté un movimiento extraño en el interior de mi cuerpo, a la altura de los pulmones. Sin abandonar del todo la lectura, permanecí atento a lo que ocurría en esas profundidades orgánicas y sentí que un fantasma ascendía por mi cuello hasta alcanzar los ojos, desde donde se puso a leer el libro que yo tenía entre las manos. A los diez minutos le pregunté mentalmente quién era y descendió apresuradamente hacia el pecho, donde sentí como el batir de una puerta que se abría y se cerraba. Dándole vueltas, he llegado a la conclusión de que, siempre que leo, alguien lee también a través de mí, pero ni se me habría ocurrido de no ser por la experiencia del ordenador.

dimecres, 20 de juny del 2007

Gente que llamaba a la puerta

GENTE QUE LLAMABA A LA PUERTA

Cada vez viene menos gente a casa. Hace meses que no sé nada del empleado del gas que antes leía el contador. Quizá ahora lo examine a distancia o yo me haya vuelto tan regular en el consumo que no sea preciso comprobarlo mes a mes. El del agua también ha desaparecido. No sé cómo diablos averigua lo que gasto, porque los recibos continúan llegándome de forma puntual. Ahora dice el periódico que a partir de julio todos los contadores de la luz serán electrónicos, para leerlos por control remoto. Lo siento, porque había llegado a establecer una cierta relación con el trabajador de la central, cuyo hijo estudiaba periodismo. Siempre me preguntaba si esa carrera tenía alguna salida. Por cierto, que he ido al diccionario para ver la diferencia que hay entre lo eléctrico y lo electrónico, pero no está clara. Lo eléctrico es lo que funciona con electricidad, mientras que lo electrónico trata «del estudio y aplicación de los electrones en diversos medios como el vacío, los gases y los semiconductores, sometidos a la acción de los campos eléctricos y magnéticos». Es una diferencia poco clara, que sirve de excusa para la incomunicación. Uno puede entenderse con un circuito eléctrico, pero no hay forma de hacerlo con uno electrónico.

El caso es que todo el mundo nos abandona, incluidos los testigos de Jehová, que no llaman a la puerta desde hace 5 ó 6 años. En la antigüedad aparecían cada seis meses. Tengo un excelente recuerdo de algunas tardes pasadas en su compañía, compartiendo un café con pastas mientras me hablaban del fin del mundo. Yo fingía estar siempre a punto de convertirme para que no se fueran, porque mientras permanecían en casa no escribía. Me refiero a una época en la que estaba intentando quitarme de escribir y de fumar. Al final sólo pude dejar el tabaco. Estuve tres meses sin escribir, pero recaí y ya no he vuelto a intentarlo. El médico me dijo que era un error intentar dejar dos adicciones al mismo tiempo. Me queda el chico de la frutería, cuyo pedido hago por teléfono. El problema es que cada semana me lo trae uno distinto, ecuatoriano por lo general, y así no hay manera de establecer una relación duradera. A ver si me suscribo a algo.

diumenge, 17 de juny del 2007

Mucho que aprender

MUCHO QUE APRENDER

En apenas tres días, Rajoy aseguró que ETA era una gran nación; se ufanó groseramente ante un grupo de tertulianos episcopales del desconcierto que, según él, logró provocar en Zapatero y en «la otra», y confesó que acudiría al Parlamento para hacer al presidente una pregunta absurda (que en efecto llevó a cabo esa misma tarde). Si continúa en racha, podría aspirar al Nobel inverso que premia la peor novela o la peor película o el descubrimiento científico más inútil. No sabemos de qué depende que tengamos temporadas así. No, desde luego, de la preparación física, ni siquiera de la preparación intelectual. De repente, uno se pone creativo y perpetra en una semana más disparates que en toda una vida. Personalmente me gustan más las respuestas absurdas que las preguntas absurdas. A un jugador de fútbol le preguntaron en qué pierna sufría la tendinitis y respondió que no lo sabía porque aún no se lo habían dicho.

Hay muchas variantes de esta respuesta, todas excelentes. Lo cierto es que a veces ni nosotros mismos sabemos de qué pie cojeamos. Ahora, con la resaca de los exámenes de selectividad, la prensa suele recordar las mejores respuestas de los alumnos a las preguntas, a veces absurdas, de los profesores. Un examinando afirmaba de la sal común que «tenía un curioso sabor salado». Consideraciones de este tipo te hacen pensar en las posibilidades infinitas del lenguaje. Para otro alumno, alfarero era el que tenía un farol y el barroco un estilo de casas hechas en barro. Los marsupiales, por su parte, llevaban las tetas en una bolsa y los coleccionistas de sellos eran sifilíticos. A la pregunta sobre las partes del insecto, un genio respondió que eran tres: in-sec-to. Quizá habría acertado de estar en un examen de lengua, pero era de biología.

Rajoy tiene dos partes (Ra-joy) y Zapatero cuatro (Za-pa-te-ro). Es absurdo medir a los líderes por el número de sílabas de su apellido, pero si consideramos que Bush, teniendo sólo una, es el individuo más peligroso del planeta, quizá debamos estudiar la relación entre una cosa y otra. Por cierto que Bush aseguró en cierta ocasión que el futuro sería mejor mañana, y sin necesidad de que nadie le preguntara. Rajoy tiene mucho que aprender.

divendres, 15 de juny del 2007

El punto medio

EL PUNTO MEDIO

El ser humano es una especie en peligro de estupor. Vivimos desde la mañana hasta la noche expuestos a ser heridos por un movimiento de asombro. Una llamada telefónica, mientras nos dirigimos disciplinadamente a la oficina, puede hundirnos en la extrañeza, en el miedo, en la desesperanza. También puede elevarnos a las alturas de la euforia. Nos defendemos de ambos extremos con el término medio. Toda esa gente con la que usted se cruza por la calle, o con la que viaja diariamente en el autobús, vive instalada en el término medio, donde para algunos se encuentra la virtud. El sótano es húmedo y oscuro. El ático frío o caluroso, según la estación del año. La gente prefiere vivir en el tercero o en el cuarto piso: el punto medio, donde no se notan demasiado ni los rigores del invierno ni las exageraciones del verano. Es tal la desesperación con la que buscamos el punto medio, que en ocasiones cerramos los ojos frente a las evidencias desestabilizadoras: ese hijo que ha empezado a dar señales de que bebe demasiado; esa punzada en el estómago, que empieza a ser habitual durante la digestión; esas extrañas llamadas que tu pareja mantiene con no sabemos quién después de la cena?

Nada hay más inquietante que un análisis de sangre, que una colonoscopia, que una biopsia de riñón. Determinadas visitas al médico nos descolocan porque nos sacan del confortable punto medio que nos protege de la intemperie. Todo esto no quiere decir que no nos guste la extravagancia: la amamos, pero como espectadores. Es probable que las series de médicos tengan tanto éxito porque las enfermedades atacan a los otros y los programas basura porque los idiotas son siempre los demás. De todos modos, preferimos las extravagancias bajas en calorías, para no crearnos complicaciones. De ahí el éxito de Paris Hilton, una excéntrica idiota, de la que ya empiezan a ocuparse también los periódicos serios. Frente a las hazañas insustanciales de esa chica, el contable de la panadería de la esquina resulta un tipo interesante. Quiere decirse que no hay puntos medios absolutos, lo que, lejos de simplificar las cosas, las complica.

Basura

BASURA

ETA es a la política lo que Maite Zaldívar a la televisión, en el sentido de que ocupa más espacio del deseable. Curiosamente el encuentro entre Zapatero y Rajoy a propósito de la banda reprodujo los esquemas narrativos de Dolce Vita y demás mierda televisiva. Mariano estuvo comedido porque para continuar cobrando de los programas basura tienes que dejar en el aire algún interrogante. Me acosté con Fulano, sí, pero no les diré si se la chupé hasta después de la publicidad. La entrevista siguió las pautas de un programa amarillo que ha logrado fichar a la Pantoja. Finalizado el espectáculo, Rajoy adoptó un discurso de hombre de Estado como Rocíito adopta a veces un discurso de mujer digna. Ella da todo por sus hijos y él da todo por su España. Chorradas, sí, pero chorradas que logran un seguimiento masivo, perfectamente traducible en euros o en votos, que viene a ser lo mismo. Lo sorprendente es que Moncloa le cediera el plató y las cámaras. Puede argumentarse que el país necesitaba aquella escenificación como necesita el fútbol, lo cual significa que hemos devenido de electores en mera audiencia. El caso es que el folclórico invitado (Rajoy), quizá para calentar el ambiente, había asegurado antes de entrar en el plató que el Gobierno había roto España, que había vendido Navarra, que se había arrodillado ante los terroristas, que había llevado a cabo el atentado del 11-M en connivencia con las fuerzas de seguridad. Había dictaminado que si ETA ponía bombas era porque el Gobierno había cedido y, si no las ponía, también. Había salido en manifestación del brazo de los obispos y demás basca integrista arropado por banderas preconstitucionales. Había jurado que estábamos gobernados por un inconsciente, un inútil, un bobo, un incapaz, un acomplejado, un cobarde, un prepotente, un mentiroso, un inestable, un desleal, un perezoso, un pardillo, un revanchista, un débil, un sectario, un radical, un chisgarabís, un maniobrero, un indecente, un loco, un hooligan, un propagandista, un visionario, un chapucero, un excéntrico, un estafador, un agitador, un fracasado, un mendigo de treguas y un traidor a los muertos, entre otras lindezas, todas documentadas. Aplaudimos su regreso a la cordura como celebraríamos que a Maite Zaldívar le diera de repente por escribir La crítica de la razón pura. Pero el olfato nos dice que no es posible una cosa ni la otra.

dimecres, 13 de juny del 2007

Mira por dónde

MIRA POR DÓNDE

Los alimentos se utilizarán en breve como un traje a medida. Tal es al menos lo que afirman los expertos en alimentación, que creo que se llaman nutricionistas. La existencia de expertos en alimentación es un poco chocante. Se supone que el cuerpo de cada uno debería llevar dentro un nutricionista que dijera esto sí, esto no. Pero los seres vivos vienen al mundo a sobrevivir y comen de lo que hay, sean saltamontes o chuletas de cordero. El nutricionismo es una enfermedad de ricos. Imagínense a un nutricionista en África, recomendando la dieta mediterránea a los niños famélicos y a sus apenados padres. El G-8, por cierto, ha decidido cronificar los males de de África a través de una serie de ayudas que alivian sus dolencias sin curarlas.

Por no salir de África, un amigo que acaba de llegar de allí me cuenta que cuando explicaba a los nativos que él era profesor de música se quedaban asombrados. No sabían que la música se pudiera enseñar porque para ellos formaba parte de la atmósfera. Les parecía que enseñar música era como enseñar a respirar o a hacer la digestión. Pero es que nosotros también enseñamos a respirar y a hacer la digestión (el yoga y la siesta). No queremos imaginar lo que dirían los niños africanos si les visitara el nutricionista.

- ¿Y usted a qué se dedica?

- Enseño a la gente lo que debe comer y en qué cantidades.

Enseñar a comer en un sitio donde no hay comida (aunque sí mucha música) o enseñar a beber donde no hay agua puede resultar extravagante. Ustedes y yo vivimos en un mundo extravagante, donde se enseña a respirar, a escuchar música, a comer y a hacer la digestión. Y todo ello gracias a los supermercados, donde lo mismo puedes adquirir un CD de música clásica que un aguacate de Colombia. A no tardar mucho iremos al Corte Inglés con una tarjeta genómica (creo que se llaman así) que pasaremos por un ordenador para saber lo que debemos comer esa semana. Ignoramos si las leyes perseguirán al que se salte las indicaciones de dicha tarjeta. En África se la comerían. Y sin aderezar.

diumenge, 10 de juny del 2007

Un comienzo de miedo

UN COMIENZO DE MIEDO

Me han contado la historia de un escritor norteamericano que se olvidó de leer, pero no de escribir. Un día, se levantó, fue a por el periódico, lo desplegó mientras se hacía el café y vio con espanto que no entendía nada. Las páginas del diario estaban manchadas de una serie de signos incompresibles. Trato de imaginar ese primer instante de la mañana, mientras la cocina se llena de los olores familiares. Intento hacerme cargo del desconcierto del autor, especializado además en novelas de terror. No ser capaz de leer el periódico es casi como no ser capaz de leer el mundo, como no ser capaz de leer un rostro. Imagine que llega su madre de usted a la cocina con expresión de haber dormido mal, pero que usted no sabe interpretar las señales de su cara. O que su hijo se ruboriza al saludar a la vecina sin que usted le encuentre significado alguno a la transformación de su rostro.

Lo más curioso, con todo, es que el escritor en cuestión se puso a escribir y lo hacía bien. Pero tampoco sabía leer lo que escribía. Ello quiere decir que no podía reescribir. Escribir es reescribir como leer es releer. Los lectores y los escritores tenemos un estómago doble: en el primero almacenamos y en el segundo digerimos. Al protagonista de esta historia le habían quitado uno de sus estómagos. En cualquier caso, saber escribir y no saber leer es algo así como hablar un idioma que no se comprende. A mí me pasa algo parecido con el inglés: sé preguntar en el aeropuerto dónde se encuentra el mostrador de facturación, pero no comprendo ni poco ni mucho la respuesta. No estamos más locos porque no queremos.

Por cierto, que a un manco de la mano derecha le han transplantado su propia mano izquierda tras cambiarle el pulgar de sitio, para darle apariencia de diestra. Me pregunto si esa mano conservará sus tendencias siniestras en el lado actual. ¿Será capaz, por ejemplo, de escribir? En tal caso, ¿entenderemos lo que escribe? Si yo fuera un autor de misterio, crearía un personaje manco que se olvida de leer, pero no de escribir y al que transplantan su mano izquierda al brazo derecho. ¿Es o no un comienzo de miedo?

divendres, 8 de juny del 2007

Morir de pie

MORIR DE PIE

Dicen los chinos que no. Que anteponen su desarrollo económico a los problemas derivados del cambio climático. Que la erradicación de la pobreza es para ellos más importante que el fin del mundo. Que quieren saber lo que se siente al tener en ca sa una nevera eléctrica o al ir en coche a la oficina, escuchando la radio y metiéndose el dedo en la nariz en los semáforos. Dicen los chinos que el problema al que ahora intentamos hacer frente es el resultado de 200 años de industrialización salvaje por parte de Occidente. Que los países ricos han colocado tradicionalmente las empresas más contaminantes en países pobres y que ahora que le vemos las orejas al lo bo pedimos que se aprieten el cinturón a quienes ni siquiera se lo habían desapretado. Dicen los chinos, en fin, que no cuela.

Y llevan razón, coño. Es como si le pidiéramos al mendigo de la esquina que no se fume las colillas que tiramos por la ventana.

-¿No ve usted que contamina el ambiente?

-¿Y el que se fumó los cigarrillos no contaminaba?

Decía Pasionaria que era preferible morir de pie que vivir de rodillas. Esta mos de acuerdo. Es preferible morir con nevera eléctrica que vivir con una de hielo. Personalmente, sé lo que es una nevera de hielo y lo que es fumarse las colillas del jefe de tu padre. Los que venimos del subdesarrollo comprendemos muy bien lo que dicen los chinos. No estamos completamente de acuerdo con que el mundo se acabe, claro, pero si no encontramos otro mo do de terminar con la injusticia y las desigualdades, quizá no estaría mal que se fuera al carajo. Vamos a decir las cosas como las sentimos: el mundo, pa ra la utilidad que tiene, ha durado mucho, lleva siglos durando al servicio de na da. Cada minuto se muere un niño de sed en África sin que seamos capaces de ponerle remedio, pese a tanto G-8. Pero los chinos han atisbado una posibilidad de desarrollo y dicen con toda la razón que nos den, que ellos tienen tanto derecho a contaminar como cualquiera. Yo, ya digo, los comprendo porque he sido chino gran parte de mi vida. Ya no, ya no soy chino, pero no he podido olvidar las humillaciones de cuando lo era.

Burócratas

BURÓCRATAS

La circular de ETA es típica de un jefe de departamento con gastritis: A partir de las 00.00 horas del día 6 de junio, todo el mundo en su puesto de trabajo. He ahí un caso extravagante de precisión ferroviaria. Los pistoleros no fichan ni en el cine, pero ETA ha hecho suyo un modelo de productividad que choca con la actividad laboral a la que se dedica. Cree que la burocratización del crimen le producirá mayores plusvalías, por eso ha confirmado también a Otegi en su puesto de chico de los recados, que lleva a cabo como nadie. A no tardar, quizá convoque oposiciones para cobradores del frac, pues tampoco sería raro que en esta nueva etapa denominara de ese modo a los recaudadores del impuesto revolucionario.

Por lo demás, la circular pone a parir al PSOE y PNV, que se la jugaron por lograr un acuerdo, pero ni siquiera menciona al PP, que no ha hecho otra cosa que torpedear cualquier posibilidad de que el proceso llegara a buen fin. Mariano Rajoy ha correspondido a ese generoso silencio atacando una vez más al presidente del Gobierno, en vez de a la banda asesina. En cuanto al tronante Acebes, que ponía el grito en el cielo cada día que pasaba sin que ETA matara, ha mantenido la boca cerrada desde que los criminales han vuelto a la oficina. Lo lógico es que se desgarrara las vestiduras ahora, que viene lo duro, pero quizá está ocupado calculando los beneficios electorales que el comunicado de ETA, bien gestionado, puede proporcionar. Lo mismo cabe decir de José María Aznar, de Vicente Martínez Pujalte y otros tantos que no han soltado un ay desde las 00.00 horas del 6 de junio. Gente disciplinada.

El panorama es desalentador, pero real como la vida misma. Tal vez todos descansaríamos si el PSOE adelantara las elecciones, las perdiera y, ya con Rajoy en La Moncloa, la banda volviera a decretar una tregua y propusiera abrir conversaciones que el PP aceptaría corriendo, pues contaría con la ayuda del PSOE, como en los tiempos de Aznar, cuando las excarcelaciones, las reducciones de pena, los traslados a las cárceles del País Vasco y el movimiento de liberación nacional, ¿recuerdan? Quizá no haya otro modo de acabar con ETA. O sea, que los burócratas no son tan tontos.

dimecres, 6 de juny del 2007

Inversiones especulativas

INVERSIONES ESPECULATIVAS

Yo tengo un nombre, chico, yo soy una institución en toda regla, un Ministerio de Defensa para más señas, de modo que no puedo contratar personal ilegal ni aviones deficientes. Yo he de estar limpio de cara a la justicia, pero necesito transporte aéreo barato para mis militares, ya sabes, carne de cañón, trabajadores sin representación sindical, gente disciplinada. Me importa un rábano que tengan que sentarse en el suelo, que el equipaje vaya sin estibar, que la caja negra no funcione, que la aguja del cuentakilómetros y de la gasolina estén completamente locas, que los pilotos carezcan de la instrucción adecuada o de las horas de descanso precisas.

Te lo estoy poniendo fácil, muchacho. Aquí hay una pasta, una pasta gansa. El problema es que yo, como institución, no puedo contratar directamente una mierda de ese calibre. Yo tengo un nombre, una imagen pública, un prestigio. Estamos hablando de una operación de riesgo, sí, incluso de alto riesgo, pero toma nota de lo que ganan en 24 horas las hedges funds esas, o como se pronuncien, que te acuestas de clase media y te despiertas millonetis. Todo libre de impuestos, que para eso están los paraísos fiscales y las islas Caimán. Riqueza especulativa, rápida, nada de ir a la oficina todos los días, de ahorrar cincuenta euros al mes, de mendigar hipotecas para pisos de cuarenta metros. Se trata de un negocio redondo en el que no puedo actuar directamente porque si el avión se cae y los militares se matan no hay Marlaska que me libre del trullo. Necesitamos hombres de paja, empresas fantasmas contratadas no se sabe dónde ni por quién. Hay que crear una cadena de subarriendos en la que se diluyan las responsabilidades penales y los problemas de conciencia.

La subcontrata, entérate, es como el maestro armero, o sea, nadie. Lo acaba de corroborar la justicia con el asunto del Yak-42, no sé si te acuerdas. Sesenta militares muertos y ninguna responsabilidad para este menda ni para este ministerio. A no tardar mucho, toma nota de lo que te digo, hasta los jueces serán subcontratados. Es preciso abaratar costes y la justicia, hoy por hoy, nos cuesta un ojo de la cara.

diumenge, 3 de juny del 2007

El pie de la letra

EL PIE DE LA LETRA

Hay gente que se toma al pie de la letra no sólo las frases, sino las escaleras y las vacas y los sótanos, o sea, todo. Tomarse al pie de la letra una escalera significa creer que sólo sirve para subir al piso de arriba o bajar al de abajo. Craso error. La escalera es sobre todo una construcción simbólica que ofrece más prestaciones al alma que al cuerpo. Pensar que sólo sirve para desplazarse es quedarse en su significado literal, que, siendo cierto, es muy empobrecedor. Pensemos en un billete de 500 euros. Tomado al pie de la letra, no es más que un pedazo de papel rectangular lleno de números y letras. Pero lo importante del billete no es su cuerpo fÌsico, sino su cuerpo espiritual o metafórico. Un billete de quinientos euros, en fin, es una fortuna, no creo que sea preciso demostrarlo. ¿Y qué decir de un libro? Literalmente hablando no es más que un mazo de cuartillas cosidas por un lado. Pero si sólo fuera eso, usted y yo estarÌamos perdidos. Dejamos para otro momento la explicación del sótano y de la vaca, pero adelantamos que no por casualidad el primero se utiliza en las pelÌculas de terror o la segunda es un animal sagrado en la India.

El pensamiento literal es una peste que afecta a todos los territorios de nuestra existencia diaria. La televisión ofrece continuamente programas basados en esta percepción de la realidad y los políticos en campaña hacen unos discursos literales que ponen los pelos de punta al más templado. Pero uno de los territorios donde más daño hace es en el de la medicina. A un médico le dices que te duele aquí y se lo toma al pie de la letra, cuando todos sabemos que el dolor es la sombra de la enfermedad como el argumento es la sombra de la novela (la frase no es mía, pero tampoco recuerdo ahora de quién).

Viene todo esto a cuento de un libro (Realidad Daimónica, Atalanta), en el que su autor, Patrick Harpur, explica con brillantez esta enfermedad de nuestros días a la que denomina literalismo. Su lectura sólo tiene un peligro: que nos tomemos lo que dice, dado lo sugestivo que resulta, al pie de la letra.

divendres, 1 de juny del 2007

Copias

COPIAS

Ya han llegado, por fin, las medicinas piratas. Vienen de China, donde se está imitando el capitalismo a marchas forzadas, y producen muertes, pocas pero muy escandalosas. Tenemos que averiguar si los fallecidos por la ingestión de las medicinas piratas made in China podrían ser calificados de muertos piratas. De ser así, las autoridades de aquel país podrían presumir de haber revolucionado el mercado del óbito.

-¿Usted qué desea, una defunción auténtica, de marca, o una defunción pirata?

-Mire, yo llevo unas Adidas falsas, unas gafas Ray Ban falsas, unos pantalones vaqueros Levis falsos, un perfume falso de Dior y un bolso falso de Loewe, de modo que lo lógico es que aspire también a una muerte pirata.

La muerte pirata, lo mismo que la música pirata, suena igual que la de marca, pero sale mejor de precio. Se toma usted tres cápsulas diarias de este medicamento falso y en un par de semanas tenemos un difunto made in China idéntico a un difunto europeo. Como es lógico, las autoridades han empezado a perseguir esta práctica, no sabemos si con los mismos resultados obtenidos en otros ámbitos de la falsificación.

Entre tanto, una empresa neozelandesa está a punto de comercializar una vaca que produce leche desnatada. Quiere decirse que la leche desnatada falsa se inventó antes que la verdadera. La verdadera, lógicamente, es la que produce la vaca de verdad. Nos encontramos, pues, frente a una inversión absolutamente revolucionaria. Si hasta ahora creíamos que para hacer la fotocopia de algo era preciso contar previamente con el original, desde este instante se abre la posibilidad de crear el facsímile antes que el objeto. Lo que no sabemos es si una vaca productora de leche desnatada debe tener las ubres de silicona y los ojos de cristal. En cualquier caso, cuando creíamos que todo estaba inventado, se nos abre un horizonte infinito: el de realizar copias de cosas que todavía no existen. Por mi parte, voy a fabricar una pastilla falsa que alivie la perplejidad verdadera. A ver si los laboratorios farmacéuticos se animan a copiarme.

Díganme cómo

DÍGANME CÓMO

No se puede estar tres años echando leña al fuego del Apocalipsis para obtener estos resultados de mierda. Ni las manifestaciones masivas ni las banderas al viento ni los informativos de Telemadrid ni los himnos patrióticos ni el crujir y rechinar de dientes ni la Conferencia Episcopal ni las homilías radiofónicas ni el titadyn ni la mochila ni la furgoneta Kangoo ni los paseos de De Juana Chaos ni el tronante Acebes ni el diabólico Zaplana, ni el temible Aznar... He perdido un huevo de territorio, que es como perder masa muscular (la encefálica está secuestrada en FAES), a cambio de una calderilla de votos. A dónde vamos con ciento cincuenta mil votos que además he de agradecer a Gallardón, cuya factura tengo ya encima de la mesa. Si la gente no se ha creído un fin del mundo tan bien narrado, ¿cómo convencerla de que ese puñado de papeletas representa un hito mariano, un éxito histórico, una victoria sin precedentes? ¿Qué sacamos a la calle en el año escaso que nos queda? ¿Vendemos más catástrofe, más religión, más inseguridad, más terrorismo? No es cierto, maldita sea, que el pesimista siempre tenga razón. ¿Acaso no he derrochado pesimismo? Si hay en el partido alguien capaz de hacer pronósticos más negros que los míos, le cedo el puesto desde ya. Auguré que el Sol se oscurecería, que las tinieblas caerían sobre España, que la tierra se abriría bajo nuestros pies, que la balanza de pagos se volvería loca, que el producto interior bruto se iría al carajo, que nos invadirían los moros, que los niños serían utilizados en ritos diabólicos, que la sequía se prolongaría mientras el anticristo de Zapatero permaneciera en la Moncloa... Mis asesores dicen que quizá haya llegado el momento de sacar las siete plagas de Egipto. Pero si a los votantes les importa un pito Navarra, que es tan nuestra, ya me dirán lo que les puede preocupar un país árabe. Tal vez, me digo, si no funciona el miedo, funcione la ilusión. Tenemos un año para transmitir una imagen de optimismo, de fe en el futuro, de confianza en nuestras posibilidades. ¿Pero quién se imagina a Zaplana repartiendo flores, a Acebes predicando la paz, a Aznar tocando el violín, a Rouco Varela abrazando al cura Castro, o a mí mismo pidiendo a los electores que no se cabreen? ¿Se puede vivir sin estar permanentemente cabreado? Díganme cómo.