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diumenge, 29 de juliol del 2007

Todo es mentira

TODO ES MENTIRA

El Solitario no era un excombatiente ni un ex-general ni un experto en artes marciales o armas de fuego. Ni siquiera había hecho la mili. Resulta increíble (como siempre, por otra parte) la distancia entre lo que habíamos imaginado y la realidad. Hace poco, en un programa de Iker Jiménez, un individuo dijo muy seriamente que el Solitario era un pastor. Para demostrarlo, enseñó un mapa de sus atracos haciendo ver al público que las oficinas bancarias perjudicadas siempre estaban cerca de una de las famosas cañadas reales, por las que huía con su Jeep sin dejar rastro. La teoría era tan pintoresca que daban ganas de tragársela a pies juntillas (qué rayos querrá decir a pies juntillas). Pues no, tampoco era pastor.

El solitario era un tipo cualquiera, un asesino del montón, un paranoico aficionado a la chatarra y al bricolaje. No procedía de los ejércitos desarticulados en los países del Este ni cuidaba cabras en sus horas libres. Había visto, como usted y como yo, muchas películas de atracos y no ignoraba que convenía protegerse los dedos con esparadrapo, por si las huellas. Conocía también algunos rudimentos sobre el arte del disfraz y sabía que el chaleco antibalas te puede salvar la vida. A diferencia de usted y de mí mismo, poseía en cambio una notable sangre fría y no tenía problemas de conciencia a la hora de disparar. Era un asesino vulgar, no el tipo preparadísimo que nos venían vendiendo desde hace años. De hecho, en un década apenas obtuvo 700.000 euros, muy poco en relación a la cantidad de atracos y a los riesgos que tuvo que correr. A lo mejor era tonto.

Quiere decirse que cuando conozcamos a un marciano de verdad, no tendrá nada que ver con la imagen que de ellos nos venden a diario las revistas sobre ovnis. Si se han equivocado tanto con un caso tan sencillo como el del Solitario, no queremos ni imaginar la distancia que habrá entre lo que nos han dicho de los extraterrestres y los extraterrestres de verdad. Al final, serán gente normal, como usted o como yo. Todos los caraduras que llevaban años haciendo literatura (mala) sobre el Solitario deberían pedir públicamente perdón y solicitar la baja.

divendres, 27 de juliol del 2007

Sobra el ministerio de la vivienda

SOBRA EL MINISTERIO DE LA VIVIENDA

En Irán ejecutan a los homosexuales y a los adúlteros, pero también podrían ejecutar a los que miden más de un metro ochenta o a los de ojos azules. Quiere decirse que en Irán ejecutan porque les va la marcha y a continuación lo justifican diciendo que eres homosexual o adúltero o amante de las verduras a la plancha, da lo mismo. Cuanto más absurdo es el motivo, mejor cuela. A lo largo de la historia de la humanidad se ha ejecutado gente por las razones más peregrinas que quepa imaginar y aquí estamos, pellizcando el cruasán mientras por la radio dicen que en Irán se acaban de cargar a 16 personas por homosexuales o adúlteras.

Es una suerte no ser iraní, quién lo duda, pero en todas las nacionalidades cuecen habas o extirpan clítoris, que viene a ser lo mismo. En ocasiones, eres tú mismo el que extirpa los clítoris o cuece las habas. Vamos de un lado a otro dando palos de ciego, o recibiéndolos. Todo esto se debe a que la humanidad no tiene las cosas (sobre todo las cosas buenas) claras, de ahí que lo malo de ayer sea lo bueno de hoy o viceversa. El PP, por ejemplo, va a proponer en su programa electoral la supresión del ministerio de la Vivienda.

-¿Por qué?

-Porque no sirve para nada.

-¿Y no sería más fácil encontrarle alguna utilidad?

-Es usted un idealista.

La propuesta, que para más INRI proviene de las Juventudes del PP, dejará definitivamente en manos del mercado el precio de un producto de primera necesidad. Es una suerte no ser iraní, ya lo hemos dicho, incluso aunque seas heterosexual y fiel a tu esposa, pero ser español también tiene sus inconvenientes, sobre todo los días en los que la Conferencia Episcopal da una rueda de prensa o las Nuevas Generaciones populares paren una idea. Unas juventudes como Dios manda (sean del PP o de cualquier otro partido) deberían pedir la supresión del ministerio de Defensa. Pero eso, que es lo sensato, habría producido un escándalo. No somos nadie.

Muy raro

MUY RARO

Estaba viendo la tele por azar o por necesidad, ahora no caigo, cuando salió el presidente de un banco español que se acababa de establecer en China, porque no estar en aquel país, dijo, era como no estar en el 40% del mundo. Asentí interiormente porque me pareció una evidencia creativa, pero luego pusieron los anuncios y me fui al cuarto de baño, donde, mientras hacía pis de forma filosófica (¿hay otra?), llevé a cabo un rápido inventario del 40% de los territorios en los que no he logrado entrar. Quizá no estaba en el 40% del corazón de mi mujer ni en el 40% del pensamiento de mis hijos. Tal vez después de 20 años ni siquiera había logrado llamar la atención del 40% de los lectores de este periódico. Por no estar, no estaba ni en el 40% de mí mismo, que permanece ocupado por una especie de materia oscura que crece a más velocidad que la economía china y donde es imposible abrir sucursales del yo.

El presidente del BBVA, por poner un ejemplo que se me acaba de venir a la cabeza, es un hombre poderoso. Llega a su despacho una mañana, observa el mapamundi y se dice: vaya por Dios, no estoy en el 40% de la realidad, esto hay que arreglarlo. Y lo arregla. En el tiempo que usted o yo empleamos en ir y venir del baño, uno de estos hombres es capaz de abrir 20 oficinas en el 40% del mundo. ¿Les sirven todas esas sucursales para conocerse mejor a sí mismos? No tengo ni idea. Hablo poco con los presidentes de los bancos, incluso con los directores generales, pero supongo que para llegar a China hay que atravesar antes las estepas del propio pensamiento. Ahora bien, si conoces a fondo esa geografía interior, ¿qué placer puedes encontrar en conceder préstamos hipotecarios tan lejos de casa y a personas que no te han hecho nada?

Seguramente no he leído el 40% de los libros de mi biblioteca, que viene a ser como no haber leído el 40% de mí mismo. Si dispusiera de la determinación de estos banqueros, mañana mismo empezaría a poner remedio a esta carencia. Pero hay días, como el de hoy, en los que vas de título en título sin ser capaz de detenerte en ninguno. Por eso mismo estoy delante de la tele, observando cómo la banca española se abre camino en China. Y me parece raro, francamente.

dimecres, 25 de juliol del 2007

El mar de cuerpo presente

EL MAR DE CUERPO PRESENTE

Parece que está en marcha una nueva Ley Funeraria que prohibirá arrojar al mar las cenizas de los fallecidos dentro de las urnas y legalizará los ataúdes de cartón. En cuanto a lo primero, parece mentira que sea preciso regular algo que es de sentido común, sobre todo en unos momentos en los que ya hemos aprendido a reciclar y quien más quien menos sabe que los plásticos no se deben mezclar con los restos orgánicos. Pero nos interesa más lo de los ataúdes de cartón, que además de ser baratos, manejables y ecológicos, evocan a las cajas de zapatos, donde los niños vienen enterrando desde siempre a sus mascotas (el hámster, el canario, el gato, el periquito…).

Habría que hacer un monumento a la caja de zapatos, que tanto juego ha dado a lo largo de la historia. Antiguamente, sacábamos más partido a la caja que a los zapatos, pues eran muy versátiles y misteriosas. En la vida de todo niño antiguo (de los de mi época, quiero decir) ha habido una caja de zapatos de referencia. Ahora que la gente las tira sin piedad a la papelera antes de salir de la tienda, bienvenido sea este ataúd de cartón, que la evoca o que la continúa, según se mire. El cartón sienta mejor al cuerpo que la madera. A ver si los ponen pronto a la venta y compramos uno para los gusanos de seda.

Por lo demás, me cuentan que el Mediterráneo es ya el mar más sucio del mundo, en parte por la costumbre ésta de arrojar las cenizas de los muertos con su urna. Si la urna fuese de cartón, se desharía al contacto con el agua, liberando a las cenizas sin polucionar (en el caso de que las cenizas no polucionen). Tenemos que hacernos a la idea de que el mar, a diferencia del retrete, carece de cadena de la que tirar cuando está lleno de basura. Quiere decirse que lo podemos ensuciar hasta un límite, pasado el cual se pudre. La nueva Ley Funeraria debería advertir sobre los peligros de la muerte del mar, que finalmente no es más que un individuo gigantesco, lleno de órganos (los peces, las algas, etc.) tan delicados como el corazón o el hígado. Un mar de cuerpo presente debe ser un espectáculo insoportable, aunque lográramos meterlo en un ataúd de cartón.

diumenge, 22 de juliol del 2007

Confusión total

CONFUSIÓN TOTAL

Parece que los billetes de 500 euros se han pasado definitivamente al lado oscuro. Siendo de curso legal, sólo los poseen los gángsters. Curiosa contradicción. Hacienda tiene localizadas prácticamente a todas las personas que han traficado con estos papeles en los últimos años y les va a meter un puro tras la investigación pertinente. Ahora mismo entra un bin laden (se llaman así porque todo el mundo ha oído hablar de ellos, pero nadie los ha visto) en una casa de clase media honrada y es peor que si hubiera entrado la peste.

-Quitad eso de ahí ahora mismo.

-Pero si son 500 euros.

-Por eso mismo, hijo. ¿Quieres que terminemos en la cárcel?

Dada la situación, lo sensato sería descatalogarlos y fijar un plazo equis para cambiarlos por billetes de 50. Los de 50 están todos impregnados de coca (también los de 20), pero es que no hay billetes perfectos como no hay personas perfectas. Si buscas un dinero que además de legal sea honesto, tendrás que recurrir a las monedas de un euro, o a sus subordinadas. Es difícil que cincuenta céntimos de euro se corrompan: no tienen motivo ni razón. En cuanto a las de un céntimo, son espíritus puros, verdaderos ángeles que ignoran a qué se dedica el dinero grande. Tal es la ventaja de los seres unicelulares. Cuando nosotros éramos unicelulares, no cometíamos cohechos ni prevaricaciones ni teníamos sida. La complejidad orgánica acaba traduciéndose en problemas de orden moral. ¿A quién se le ocurrió fabricar billetes de 500 euros, que es como implantarle un hígado de cerdo a una ameba?

Para que la confusión sea total, sólo falta que los billetes de 500 euros falsificados, que también los habrá, se pasen al lado luminoso, es decir, que sólo se utilicen para hacer el bien. Si tal cosa llegara a suceder, cabría preguntarse qué es preferible, si un billete de curso legal malo o un billete falso bueno. Yo de momento, continúo con mis céntimos de euro y con mis décimas de fiebre de verano. Las décimas de fiebre no son ni buenas ni malas, depende de cómo las utilices. Vale.

divendres, 20 de juliol del 2007

Un problema de sobrepeso

UN PROBLEMA DE SOBREPESO

Rajoy voló a Ibiza en busca de un Prestige y se encontró con un Don Pedro. Las cosas no llegan cuando quieres ni cuando las necesitas, sino cuando les da la gana a ellas, perra vida. Rajoy lleva tres años buscando prestiges y yacks 42 y guerras de Iraq debajo de las piedras, pero siempre vuelve a casa con asuntos que no tienen nada que ver. Lo que sí podría encontrar, si se pusiera a ello, es parte del Estatuto catalán en el de Andalucía, pero eso es lo que menos le interesa en estos momentos en los que comienza, como Aznar en su día, a hablar catalán en la intimidad. ¿Quién le mandaría recurrir al Constitucional, que acaba de calificar de «extravagante» el recurso valenciano al Estatuto andaluz?

Hay una foto de Rajoy en una playa ibicenca a la que fue a buscar chapapote y sólo le pudieron servir pequeñas galletas de fuel que se comió a palo seco. En la imagen, aparece con gesto de decepción como diciéndose «esto no es un "prestige", por favor, quién me ha preparado este viaje». Lo curioso es que, aunque se le ve en mangas de camisa, resulta evidente que va vestido de invierno. Pero es que Rajoy siempre va de invierno, no habíamos caído hasta verle en la orilla del mar con zapatos negros y pantalones de franela. Va de invierno hasta cuando va de verano, lo que por fuerza tiene que significar algo, aunque de momento no sepamos qué. Se porta en esto como los obispos, a los que espantan la manga corta y las sandalias. No es la única afinidad que tiene con la jerarquía, pero ésta resulta llamativa.

El caso es que daban ganas de meterse en la foto con un niqui y unas bermudas y pedirle que se cambiara de ropa (y de cara). Claro que él llama «estrenar nuevas caras» al hecho de pedir ayuda electoral a Costa, que fue secretario de Estado con Rato y ministro con Aznar. No es raro, pues, que cuando se quita la corbata se sienta en bañador. El Don Pedro es una catástrofe de entretiempo con la que no sacas ningún voto. Donde sí podría meter mano es en el asunto del helicóptero en el que se estrelló junto a Esperanza Aguirre. Resulta que llevaba sobrepeso y estaba pilotado por un inexperto. Podría pedir la comparecencia de los responsables de ese vuelo suicida en el Parlamento. Lo malo, dita sea, es que fue contratado por la Comunidad de Madrid.

Otra lengua

OTRA LENGUA

Estuve en la apertura del XV Congreso de la Federación Mundial de Sordos, celebrado estos días en Madrid. Había gente de todas las nacionalidades, de todos los colores y de todas las estaturas hablando por los codos, nunca mejor dicho. Los sordos se expresan con todo el cuerpo, incluida la boca, de forma que verlos conversar era como asistir a la actuación de un ballet monumental. Una fiesta. También entre ellos hay oradores mejores y peores, claro. Los buenos buenos te dejaban con la boca abierta, aun cuando no entendieras nada de lo que decían. Resulta increíble que hayamos tardado tantos siglos en darnos cuenta de la riqueza de esa lengua cuya complejidad estudió Oliver Sacks en Veo una voz.

Y todavía hay quien se refiere a los sordos como sordomudos. Resulta inexplicable que hayamos alentado esa barbaridad durante tanto tiempo. No sólo no son mudos, sino que hablan por los cuatro costados (nunca mejor dicho de nuevo), además de por los codos. Producía admiración y un punto de envidia verlos expresarse con los dedos, los ojos, las cejas, la cabeza, el torso, los brazos... Escribían poemas en el aire con la facilidad con la que Picasso dibujaba palomas de la paz sobre el papel. Las cafeterías de los alrededores estaban llenas de gente cuyas manos revoloteaban alrededor de los rostros amigos como enjambres de mariposas en un sueño ecológico. Aquellas manos parecían también pájaros al amanecer, pues sus nerviosos movimientos iban con frecuencia acompañados de destellos verbales semejantes al trino de las aves.

Tenían razones para estar contentos. El Gobierno español acaba de reconocer por ley esa lengua con la que se han cometido tantas injusticias sin que en nombre de ella, en cambio, se haya hecho daño a nadie. Los sordos constituyen una verdadera comunidad cultural en la que no hay tentaciones excluyentes. Llevan siglos luchando por sus derechos desde un asociacionismo pacífico, integrador, ejemplar en todos los sentidos. Fernández de la Vega les dio la bienvenida en su propio idioma, pero se echó de menos a Ruiz Gallardón, alcalde de la ciudad anfitriona, cuyo oído guarde Dios muchos años, porque la vista, evidentemente, la ha perdido.

dimecres, 18 de juliol del 2007

Gustos caros

GUSTOS CAROS

Después de haberle ocultado a su paciente que estaba embarazada de gemelas, un médico de Guayaquil se quedó con una de las criaturas tras asistir al parto. He aquí un caso de robo orgánico ante el que nos quedamos sin palabras. Podemos entender que nos roben la cartera, incluso que nos saquen el hígado, pero no estamos preparados mentalmente para que en un quirófano se lleven a cabo estos juegos de manos. Las hermanas gemelas, ya adolescentes, coincidieron en un restaurante y se quedaron de piedra. La de este lado no sabía si era la del otro lado, y viceversa. Orhan Pamuk, el Nobel de literatura, cuenta que de pequeño estaba convencido de que en algún lugar de Estambul (su ciudad natal) había una casa idéntica a la suya con un niño idéntico a él dentro de ella. Se trata de una fantasía muy común (la necesidad y el pánico del doble), que funciona mientras no pierde su calidad de sueño, pero que produce estragos considerables cuando da el salto a la realidad.

A lo mejor algún médico había fantaseado antes de este suceso con la idea de quedarse con uno de los bebés de un parto múltiple, aunque no es probable que lo hubiera llevado a cabo. Basta que suceda una vez para que una suerte de virginidad se quiebre dentro de nosotros. Leí en cierta ocasión un cuento en el cual una comadrona había colocado un hijo propio no deseado a una mujer cuyo hijo había muerto en el parto. Un robo inverso, como si dijéramos, completamente fantástico hasta nueva orden, o hasta que suceda, que viene a ser lo mismo. Y quizá no tarde en ocurrir. Si uno tiene paciencia y vive lo suficiente, acaba comprobando que todo lo que pasa por la cabeza desemboca tarde o temprano en la realidad, incluso la muerte propia. Por eso tampoco conviene llegar a centenario.

A más edad, más probabilidades hay de que un día, en un restaurante, te encuentres con tu doble, o con tu hermano gemelo, depende de quién atendiera a tu madre cuando el parto. Ninguna de las dos situaciones es deseable, entre otras cosas porque podrían cargar a tu tarjeta de crédito la cena del otro, que quizá tenga gustos tan caros como los tuyos.

diumenge, 15 de juliol del 2007

Las lenguas

LAS LENGUAS

Es sabido que los habitantes de Babel, una vez confundidas sus lenguas, se dividieron en grupos que partieron en direcciones diferentes para repoblar la Tierra. La Biblia no dice si había grupos, valga la contradicción, de una sola persona. Pero nosotros queremos imaginar que en aquel reparto lingüístico hubo lenguas que sólo hablaba un individuo: los solitarios del mundo, los malditos, los incomprendidos. Hombres o mujeres que hablaban sin que nadie los entendiera y sin que ellos entendieran a los demás. Aquellas almas partieron solas y fundaron países de un solo hombre o de una sola mujer con su constitución y sus semáforos y su ganadería y su gramática y su gastronomía y su medicina natural y su urbanismo.

Una lengua de este tipo, dado que las palabras sirven para comunicarse, puede parecer un peine sin púas. Pero se trata de algo más dramático (o quizá más hermoso). Si dispones de una lengua, por rara que sea, ¿cómo evitar utilizarla? Hablas contigo mismo, con el armario de tres cuerpos, con la mesa camilla, con la nevera, con el polvo, con las sábanas. Pero hablas. Hasta es posible que te dé por escribir. ¿Se imaginan a alguien escribiendo una obra maestra que nadie, excepto su creador, podrá leer? El caso es que hay en la actualidad un número notable de lenguas habladas por un solo individuo y otras tantas en trance de extinción. Todos los días desaparece algún idioma como desaparece una especie animal o vegetal. Estamos en pleno proceso de implosión.

Las lenguas de un solo individuo se están convirtiendo en una especie de atracción turística. Los estudiosos de todas las universidades del mundo acuden a visitar estas personas, por lo general ancianas, y les piden que hablen. Hay una fascinación difícil de entender en esa escucha, como en los idiomas particulares creados por algunos hermanos gemelos. La división de lenguas, tal como aparece en la Biblia, parece una maldición, pero fue un milagro. Gracias a ella somos conscientes del valor del idioma. Si todos habláramos el mismo, la lengua habría devenido en algo biológico, a la altura del hígado. Pero el hígado sería interesante si lo poseyera un solo hombre.

divendres, 13 de juliol del 2007

Estaciones

ESTACIONES

Soñé que en el salón de mi casa había una boca de metro. No era grande, como las de la calle, pero dado que yo era su único usuario, tampoco necesitaba más. Entré, descendí por unas escaleras mecánicas pequeñas a un túnel reducido, y esperé la llegada del tren, que tenía el tamaño de una atracción de feria. La línea estaba compuesta de un conjunto de estaciones con los nombres de mis hermanos. Podía bajar en Federico, Jorge, Inés, Manuel, Cristina. En algunas estaciones había conexiones con otras líneas: las de los primos, las de los sobrinos, las de los abuelos, las de los parientes lejanos. Descubrí también una línea con los nombres de los muertos de mi familia y una más con los nombres de los amigos ganados o perdidos desde la infancia.

Tomé esta última y bajé en la estación llamada Rodolfo, un chico de mi calle con el que me fumé los primeros cigarrillos. Tras recorrer varios túneles siguiendo las indicaciones de la señalización, aparecí en el dormitorio de Rodolfo, que estaba tal y como lo recordaba. Rodolfo tenía una colección de insectos disecados que había llegado a ser célebre entre los amigos. Me asomé a ella y vi que continuaba intacta, con aquellos escarabajos negros, rojos o dorados que tanto me habían llamado entonces la atención. Pero no había ni rastro de mi amigo. Abandoné la habitación, por si se encontrara en alguna otra zona de la casa sin ningún resultado. El único ser visible era un canario, pero estaba muerto dentro de su jaula. Pensé que tendría que haber estado en una línea de metro de canarios muertos. Y eso fue todo.

Desperté cuando volvía a casa, extrañado de la existencia de aquella construcción subterránea, que había brotado en mi salón. Tras darme una ducha rápida, desayuné, bajé a la calle y tomé el metro, como siempre a esa hora. Al paso de las estaciones iba recordando mi aventura nocturna lleno de nostalgia. Entonces supe que aunque aquella línea de metro soñada no estaba en mi salón, se encontraba dentro de mí. Y que todos los días, sin darme cuenta, recorría algunos de sus tramos con resultados más bien desalentadores. En cuanto a Rodolfo, ahora creo que se encontraba debajo de la cama, pero no se me ocurrió mirar.

Las actas

LAS ACTAS

La exigencia, por parte de Rajoy, de que Zapatero entregue las actas de las reuniones con ETA, ha saltado a la calle con la fuerza de la canción Ponte el cinturón. El otro día, en el transcurso de una pelea de tráfico, cuando los contendientes estaban a punto de llegar a las manos, alguien gritó que entregaran las actas y todo el mundo estalló en carcajadas. Seguramente habría obtenido los mismos resultados pidiéndoles que se pusieran el cinturón, pues de lo que se trataba era de introducir en la disputa una tontería capaz de rebajar la tensión ambiental. Lo bueno de estos recursos es que, incluso dichos con gravedad, provocan en el oyente una sonrisa. La autora de Ponte el cinturón escribió su copla completamente en serio, con la noble idea de reforzar la campaña de la Dirección General de Tráfico. El público, en cambio, la recibió como una parodia de esa publicidad institucional. De ahí su formidable éxito cómico.

Siempre ha sido así. Ni Kafka tenía la menor idea de que era Kafka ni Cervantes de que era Cervantes ni Shakespeare de que era Shakespeare. Rajoy no se ha enterado aún de que es Rajoy. En el momento en que se dé cuenta, estamos perdidos. Urdaci, desde que unos desaprensivos de la tele le hicieron ver que era Urdaci, no deja de hacer payasadas. Rajoy, por fortuna, permanece inocente. Exige las actas con la prosopopeya de un registrador de la propiedad disfrazado de registrador de la propiedad (el caso del doble impostor, magistralmente descrito por Philip K. Dick). Si aún resiste, es porque ignora que hace humor (negro) como Silvia Padilla, la autora de Ponte el cinturón, ignora que está haciendo parodia.

No saber, tal es el secreto de la vida. No saber que eres Sócrates, no saber que eres Dante, no saber que estás inventando la electricidad o descubriendo el radio. Cela supo siempre que era Cela, lo que hizo un daño incalculable a su literatura y a su vida. Cuando sabes quién eres, cómo reprimir aquello de "no sabe usted con quién está hablando". Nosotros, cuando interviene Rajoy, sabemos que habla Mariano. Pero él no se ha enterado aún. Y mientras permanezca en su inocencia, continuará exigiendo las actas al modo en que Silvia Padilla nos pide que nos pongamos el cinturón.

dimecres, 11 de juliol del 2007

Etiquetados falsos

ETIQUETADOS FALSOS

Lo bueno del dentífrico asesino es que todavía no sabemos si se trata de una copia de la marca Colgate o es un Colgate genuino que ha llegado a España por error. La marca, lejos de aclararlo, se ha limitado a decir que la pasta que fabrica para España es absolutamente segura (¿y la que fabrica para el Tercer Mundo?). De acuerdo con sus recomendaciones, sólo deberíamos comprobar que el etiquetado está escrito en castellano.

-¿Y si viene en suahili?

-Si viene en suahili, mejor no lo use.

-¿Pero entonces se trataría de un Colgate falso?

-No podemos decir más de lo que hemos dicho.

Señora, si usted venía cepillándose los dientes en suahili, en gallego, en catalán o en euskera, corra al médico de urgencias, por si las moscas, y hágaselo ver. A partir de mañana, en cualquier caso, se los limpia en español, que de ese modo hace patria. Seguro que ni Aznar ni Acebes ni Zaplana utilizan dentífricos cuya leyenda no venga en español. A la larga, la fidelidad a los principios y a la pasta (de dientes) tiene sus recompensas.

La sustancia que mata se llama dietilenglicol, un término que no viene en el diccionario de la Real Academia. Si viniera, como es lógico, no mataría. Quiere decirse que deberíamos consultar más el diccionario. He de añadir sin embargo que la edición de que dispongo procede de una tienda de todo a cien, como el Colgate asesino. Ignoro, por tanto, si se trata del diccionario auténtico de la RAE o de una copia pirata de la que, por economizar, se han eliminado algunos términos. El problema de comprar en estos establecimientos monopolizados por los chinos es que no sabes si las pizzas son pizzas, el dentífrico es dentífrico o la comida para perros es comida para perros. Por no saber, no sabes si el de la caja es un chino de verdad o un impostor.

Así las cosas, ¿cómo averiguar si el etiquetado en castellano es verdadero o falso? De momento, y hasta que la policía aclare todos estos extremos, lo sensato es que compre usted en El Corte Inglés, donde si un dentífrico te sienta mal te devuelven el dinero, y quizá la vida. Ánimo.

diumenge, 8 de juliol del 2007

Neoliberalismo y 'neoauschwitz'

NEOLIBERALISMO Y 'NEOAUSCHWITZ'

Hubo un tiempo en el que colocar a un enfermo en el pasillo de un hospital constituía una excepción escandalosa. Ahora, en algunos centros de Madrid, es la norma. La sanidad pública, en esa comunidad, ha devenido en un sálvese quien pueda desde que Esperanza Aguirre comenzara a aplicar sus recetas neoliberales. Un hombre llamó desolado a una emisora de radio para contar que su padre llevaba varios días en un pasillo, aquejado de una fractura. El hombre, de 85 años, era diabético, pero le dijeron que allí só lo podían atender la fractura, por lo que la familia tenía que llevar diariamente las medicinas para esa enfermedad. Dentro de poco, tendremos que acudir a las urgencias con nuestra propia botella de oxígeno y con nuestro orinal y con nuestra insulina, quizá también con nuestro bisturí.

Por lo demás, la descripción que la víctima hacía de la situación se ajustaba a la de un pequeño Auschwitz: perdida la privacidad, los pacientes tenían que realizar los actos más íntimos a la vista de las diez o do ce personas aparcadas junto a ellos. Hablando de aparcar, no he conseguido aún que alguien me explique por qué llaman boxes a los lugares donde son recibidos los enfer mos. En cualquier caso, no deja de ser un síntoma de la consideración que se tiene al enfermo, pero no es el único. Los cuidados paliativos, después de la agresión de Aguirre a los médicos del Severo Ochoa, prácticamente han desaparecido. Desaparecen más cosas: en el hospital de La Paz llevan varios días buscando un feto de ocho meses que nadie sa be dónde ha ido a parar. Por cierto, que una mujer con el bebé muerto en su vientre tuvo que ir de aquí pa ra allá durante 29 horas hasta lograr que se lo sacaran.

Y si hablamos de la escuela pública, los padres huyen de ella como de la peste, porque su deterioro empieza a ser insoportable. El neoliberalismo se carga las cosas y luego di ce que no funcionan. Los americanos hacían en tiempos algo parecido con los negros: los ponían a limpiar zapatos y luego aseguraban que sólo servían para eso. Mucha preocupación por el calentamiento global, pe ro aquí lo que de verdad se está calentando es el modelo neoliberal del que Esperanza Aguirre es la avanzadilla.

divendres, 6 de juliol del 2007

La lógica funciona

LA LÓGICA FUNCIONA

Si lo piensas, es increíble lo bien que funciona la realidad. Sales de casa por la mañana y te plantas en la parada del autobús dando por hecho que va a llegar. Lo curioso es que tarde o temprano llega. No se ha dado el caso, creo yo, de que un autobús no haya llegado. En ese sentido, la mayoría de los ataques de angustia (los que me dan a mí al menos) están injustificados. Siempre que cojo el automóvil para hacer un viaje largo, doy por hecho que a la mitad del camino tendré una avería. Es lo lógico, ¿no? Parece mentira que durante quinientos o seiscientos quilómetros no falle nada en ese motor lleno de complejidades. Lo normal sería que se rompiera un manguito, que se pinchara una rueda, que se atascara una biela (en el caso de que los coches lleven bielas). Pues bien, jamás un coche me ha dejado tirado en la carretera. De haberlo sabido de antemano me habría ahorrado un montón de ansiedades. Y no quiero decir nada de los aviones o de los barcos (que ni se caen ni se hunden, increíblemente, o lo hacen en proporciones bajísimas) para no preocupar al personal. Tampoco mencionaré, por respeto a los hipocondríacos, el caso del cuerpo humano, pero carece toda lógica que dure 80, 90 y hasta 100 años en condiciones más o menos aceptables. Fíjense lo bien que funcionan las cosas, que una bolsa de plástico tarda más de 150 años en degradarse. Se dice pronto, 150 años. Quiere decirse que la entierra usted en el jardín de su casa y dentro de un siglo puede desenterrarla un descendiente suyo sin que se haya convertido en polvo. Cuando dentro de cientos o de miles de años El Corte Inglés haya desaparecido, los antropólogos encontrarán en las atapuercas del momento yacimientos enteros de sus bolsas, con el logotipo intacto. Me digo todo esto en la parada del autobús. Aunque sólo llevo 15 minutos esperándolo, me ha dado por pensar que quizá no llegue nunca, lo que me sume en un estado de desasosiego sin límites. No me imagino envejeciendo y muriendo bajo esta marquesina con publicidad de ropa interior de caballeros. Por fortuna, los razonamientos anteriores me calman. Lo que significa que también la lógica funciona y eso sí que es increíble en nuestro mundo. Ahí llega, por cierto el autobús. Buenos días.

El tiempo

EL TIEMPO

A veces los segundos hieren más que los minutos o las horas, más que los días, los meses o los años. Esas puntas de aguja, esos residuos afilados, esas esquirlas temporales penetran en la piel o en el ánimo como limaduras de acero y, aun sin provocar heridas visibles, matan como puñales. Cuatro segundos de asfixia valen por cientos de horas de dolor. Dos segundos de humillación profesional anulan una carrera de éxito. Los cinco segundos de sufrimiento muscular que preceden al infarto son cinco siglos de amargura. No diremos nada de las décimas de segundo que en las pruebas deportivas separan al campeón del aspirante... Contamos los días en horas para hacernos la ilusión de que el tiempo, como el dinero o los afectos, tiene una porción de calderilla, pero todo lo realmente importante nos sucede en cosa de segundos (véase el Big Bang).

A Rajoy, en la contrarréplica del debate sobre el Estado de la Nación, le sobraron 40 segundos como 40 dardos. Mientras regresaba a su escaño desde la tribuna de oradores, aquellos 40 segundos no utilizados sonaban como los clavos sobre el ataúd. Cuando se sentó y observamos su expresión, pero sobre todo la de Acebes, supimos quién había perdido el debate y quizá la vida. No hay precedentes de lo que el martes hizo Rajoy con currículum. El espectáculo de un jefe de la oposición que no sabe qué decir cuando le toca hablar es desgarrador. Lo curioso es que más tarde, ante los periodistas, atribuiría su derrota a la falta de tiempo. ¿En qué quedamos?

Aquellos 40 segundos fueron más largos que el minuto que emplea el microondas en calentar la leche, más tensos que el tiempo que tarda el recién nacido en romper a llorar, más agobiantes que los que preceden a la apertura del sobre con un diagnóstico clínico jodido. Nos dimos cuenta de que los cinco minutos de réplica le venían largos cuando, abrazado a ETA como Juana la Loca al cadáver de Felipe el Hermoso, empezó a gimotear. En ese instante comprendimos que el tiempo acababa de adquirir para él las dimensiones de un abismo al que, quizá fascinado por su hondura, se arrojó. Aunque viva cien años, su biografía quedará concentrada en aquellos 40 segundos de agonía.

dimecres, 4 de juliol del 2007

Rariano Rajo y Modrigo Ratoy

RARIANO RAJO Y MODRIGO RATOY

Deberíamos reservar al Tribunal Supremo para decidir sobre cuestiones complicadas, no para que nos diga si la paella debe tener arroz. Todo el mundo sabe que el ingrediente fundamental de la paella es el arroz. Algo nos ha pasado para que estos litigios absurdos lleguen al alto tribunal. Es como si los componentes del control de calidad de una fábrica de automóviles se dedicaran a revisar si los automóviles que salen de sus instalaciones llevan ruedas. Nadie se compraría un coche sin ruedas, porque es un fallo que salta a la vista. El control de calidad debe llegar allí donde no llegan los ojos del profano. De lo que salta a la vista pueden ocuparse los tribunales ordinarios. En el mal llamado caso Bono no había más que ver las fotografías de la manifestación y leer las crónicas del momento para saber a qué atenerse. Cuando se hace preciso llevar al Supremo una evidencia de ese calibre, es porque la ceguera campa a sus anchas.

Quizá esa ceguera explique la euforia absurda que rodea al regreso de Rato. En todos los artículos de todos los periódicos se habla de este hombre como de alguien que puede traer la luz a un mundo (el del PP) hundido en las tinieblas. Para un político no hay más Tierra Prometida que el poder. Rato, según diversos análisis, puede conducir a las desorientadas huestes del PP a la Tierra Prometida. Hay análisis de su regreso que, aisladamente considerados, provocan estupor. Todos juntos producen un efecto cómico que al propio interesado le habrá hecho gracia.

-Ven y democratízanos -parecen gritarle.

El impacto mediático provocado por la vuelta de este político ha sido tal que el primer nombre de la lista del PP en las próximas elecciones debería ser Ratoy. Y, el segundo, Rajo. O viceversa. Rariano Rajo y Modrigo Ratoy deberían presentarse a las elecciones como la versión latina de los hermanos Kaczynski. O como Isabel y Fernando, tanto monta, monta tanto. Si eso va a librar al Tribunal Supremo de decidir acerca de los ingredientes de la paella, bienvenida sea su decisión. Por fin podremos decir que es de día cuando es de día y de noche cuando es de noche. Nuestra joven democracia progresa a velocidades de vértigo.

diumenge, 1 de juliol del 2007

Novelas

NOVELAS

Pongamos que su familia de usted se encuentra en el salón de la vivienda, tomando café. Entonces usted se levanta como el que va al cuarto de baño, se introduce en el pasillo de la casa, asoma la cabeza a la habitación del niño, de nueve años, que está jugando con la consola, y le dice:

-Ven conmigo.

El padre y el hijo se dirigen juntos al dormitorio conyugal, donde el padre saca una pistola del armario y pide al niño que le dispare con ella. El niño no tiene una idea muy clara de la muerte. Los mayores, tampoco. Los mayores nos conformamos con poseer la versión dominante acerca de ese extraño suceso por el que dejas de estar en este mundo y de preocuparte por la hipoteca.

-Venga, dispárame aquí, en el pecho.

El niño observa a su padre. Quizá advierta su agitación interior, tal vez perciba su locura. Es posible que esté acostumbrado a ella. Teme que si no dispara papá se enfade, de modo que aprieta el gatillo y luego se dirige al salón, donde el resto de la familia toma café, y dice que acaba de matar a papá. La policía somete al niño a la prueba de la parafina (creo que se llama así) y descubre restos de pólvora en sus dedos. En efecto, el niño ha disparado.

La historia acaba de ocurrir en Argentina. El muerto era un policía superdotado, uno de esos agentes especiales, una especie de geo. Un amigo, nada más leer la noticia, me llamó para informarme de ella. Fíjate qué historia tan novelesca, dijo. Entonces pensé en el adjetivo novelesco. Lo novelesco se opone, en alguna medida, a lo normal. Pero la novela, como la belleza (perdón por la cursilada), está en los ojos del que mira. Cuando está fuera, malo. Cuando un asunto es novelesco en sí mismo, con independencia de la mirada que lancemos sobre él, quizá estemos hablando de un asunto periodístico. He aquí una diferencia interesante entre periodismo y literatura. Queda, naturalmente, la posibilidad de que el niño mintiera. ¿Y si su padre no le pidió que lo matara? En tal caso, nos encontraríamos ante una ópera. No veo otro modo de contar un suceso de esa magnitud que a base de ponerle música. Por cierto, ¿la música es novelesca?