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dimecres, 28 de febrer del 2007

Alter ego

ALTER EGO

En la mesa de al lado, dos chicas hablaban de un videojuego, Los Sims, que es el precursor del ya famoso Second Life. Ambas estaban enganchadas a él porque les permitía vivir vidas alternativas en las que, curiosamente, no hacían cosas muy diferentes de las de la vida real.

-Ayer -dijo una- tenía una cena en casa, con los vecinos, pero no salió bien, no fui una buena anfitriona. Además, mi marido dio la nota. No sé qué voy a hacer con él.

No se refería a sí misma, claro, sino al personaje que interpretaba en el videojuego, pero su identificación con él era tal que hablaba en primera persona. A veces, como en la cafetería había mucho ruido, me perdía fragmentos de la conversación y luego me costaba distinguir cuándo discutían acerca de la vida real y cuándo acerca de la virtual. Daba la impresión de que las conexiones entre ambas estaban cruzadas, de manera que las puertas de una conducían a las habitaciones de la otra. Esto a mucha gente le parece escandaloso, pero así funcionábamos también antes de la aparición de los videojuegos. Nuestros yoes fantásticos interactuaban (e interactúan) con los reales por un sistema parecido al que mantiene unido el deseo con la realidad. Los lectores de novelas conocen muy bien el grado de identificación que puede llegar a producirse entre el lector y el personaje. Las cosas nuevas, en fin, lo son siempre en un grado relativo.

-Tuviste un hijo, ¿no? -preguntó de repente una de las chicas.

-Sí -respondió la otra-, pero se me murió la semana pasada.

Comprendí enseguida que se de trataba de un hijo virtual, pero la noticia, así como la expresión de la chica al confesarlo, me produjo un raro desasosiego. También a ellas, pues a partir de ese instante la conversación adquirió un tono algo sombrío. Luego, al advertir que estaba pendiente de lo que decían, bajaron la voz y me dejaron solo. Pagué el café y salí a la calle que, con las luces recién encendidas y los suelos brillantes por la lluvia, parecía la calle de un videojuego en el que yo era, claramente, el alter ego de alguien real. ¿Pero de quién?

dissabte, 24 de febrer del 2007

Obreros manuales

OBREROS MANUALES

La lupa es un invento diabólico. Si los marcianos hubieran observado a través de ella la aventura de la denominada niña bolígrafo, habrían llegado a dos conclusiones equivocadas: que el instrumento de medida terráqueo más común es el bolígrafo y que estamos dominados por una pasión irrefrenable de salvar vidas. Ni lo uno ni lo otro. Personalmente, no tengo ni idea de lo que mide un Bic. En cuanto a lo de salvar vidas, ponemos tanta pasión o más en quitarlas. Si los marcianos hubieran colocado la lupa en Irak, pongamos por caso, habrían alcanzado tal conclusión. No quiero ni pensar qué habrían deducido de ponerla en Guantánamo, cuyos presos, según sentencia de un tribunal de allí, no pueden acogerse a la justicia norteamericana porque son ciudadanos extranjeros y se encuentran en un territorio (Cuba) que no es de soberanía de los EE UU. Pueden hacer con ellos lo que quieran, en fin, porque no son de aquí ni son de allí, no tienen edad ni porvenir, etcétera.

La lupa focaliza demasiado. Si la aplicáramos, pongamos por caso, a los accidentes de coche, acabaríamos cerrando la industria del automóvil (que quizá, por otra parte, fuera lo más sensato). A los caídos por esta industria, que tantos puestos de trabajo directos e indirectos proporciona, no se les dedican calles ni monumentos, no se da su nombre a bibliotecas públicas ni a centros de salud. Ni siquiera ha salido un modelo de automóvil que evocara su paso por este mundo. ¿Por qué? Ni idea. En cambio, a los salvadores de la patria, que son una peste, les levantan estatuas ecuestres que ensucian las plazas de todas las ciudades. Así es la vida, de ahí el error de observarla a través de la lupa.

Si yo fuera marciano y tuviera que informar a mis jefes acerca de la humanidad, diría que es muy aficionada a todo lo relacionado con las manualidades. Ayudamos a nacer de forma artesanal, como en el ya citado caso de Amilia, la niña del tamaño de un bolígrafo, pero matamos también a mano (incluso a manos llenas). Somos, para lo bueno y para lo malo, obreros manuales, artesanos de la vida y de la muerte. Somos gente muy minuciosa en nuestras virtudes, pero también en nuestros defectos. Vale.

divendres, 23 de febrer del 2007

Boñigas

BOÑIGAS

La imagen de ese buque con el estómago lleno de gases resultaba extrañamente onírica. Nos obligaba a asociar un término relacionado con la vida (fertilizante) con una palabra asociada a la muerte (corrupción). El buque Ostedijk era, hasta ayer al menos, puro abdomen. Su cerebro, representado por el puente de mando, había devenido en un apéndice de su bodega. Mandaban los retortijones, las náuseas, los espasmos intestinales provocados por una carga que se fanatizó de manera espontánea. En situaciones así nos damos cuenta de lo que dependemos de los bajos. ¿Qué puede hacer un cerebro, por bien amueblado que esté, frente a una rebelión de 6.000 toneladas de boñigas de vaca puestas en pie de guerra química?

España nos recuerda un poco a esa nave lastrada por su aparato digestivo. Aquí estamos lastrados por una oposición que, lejos de fertilizar el sistema, fermenta a cien por hora. El buque se encuentra en buenas condiciones y navega a una velocidad de crucero razonable. Tanto es así que la mayoría de los europeos, según las encuestas, lo elegiría como primer destino de trabajo. Pero la oposición, en vez de conquistar el cerebro del sistema, se ha hecho fuerte en su estómago, donde lo lógico es producir más caca que ideas. Por eso no sabemos qué piensa el PP de la inflación, del PIB, del IPC, de la tasa de paro... A veces, aplica uno el oído, a ver qué dicen de estos asuntos capitales, y no escucha más que el rumor característico de la materia orgánica en descomposición. Cuando no es Acebes es Zaplana y cuando no es Zaplana es Aznar, por no mencionar a Miguel Ángel Rodríguez, que deja su perfil genético en cada boñiga que expulsa por la boca. Mañana mismo, y después de que Rajoy asegurara que jamás se manifestaría contra una decisión judicial, salen a la calle para protestar por una sentencia del Tribunal Supremo. Rajoy actúa unas veces de cabeza y otras de estómago. Con una mano aviva la descomposición y con la otra enfría la carga. Acuciado al mismo tiempo por las exigencias del intestino y por las del encéfalo, va de un sitio a otro con la mirada perdida. "¡Viva el vino!", gritó incongruentemente el otro día, en un acto público. Que Dios le ampare.

dimecres, 21 de febrer del 2007

Miss Kafka

MISS KAFKA

Sólo hay algo más absurdo que ser miss: dejar de serlo. No imagino a nadie dimitiendo de ese dudoso honor:

-Pongo mi título a disposición de?

¿A disposición de quién habría que poner el título de Miss Sevilla, de Miss Tarancón, de Miss Perales del Tajuña? Ni idea.

Quiere decirse que en esta vida se puede dimitir de todo (o de casi todo) menos de miss, y no por nada, sino porque no causaría ninguna conmoción. Supongamos que Miss España 1975 se presenta mañana en el Ministerio del Interior (o en aquél del que dependan las misses, que ahora no caigo) y renuncia a su título. ¿Sería de noticia de primera página? ¿Dejaría un agujero cósmico en la memoria colectiva? ¿Tendríamos que cambiar la información de los libros de texto? No es probable. La memoria es frágil. Si no somos capaces de recordar quién era el ministro de la Vivienda en aquellas fechas, cómo recordar el rostro de la miss, cuando todas son iguales.

Se da sin embargo el caso de que a Miss Cantabria 2007 le acaban de arrebatar el título, lo que ha sido noticia de primera página en más de un periódico. Cuando se lo dieron, ni nos enteramos, esa es la verdad, porque no salió en ningún sitio. Curiosamente, ahora que ha perdido el título es más famosa que cuando lo tenía. Contradicciones del sistema. Pero ella, en vez de mostrarse agradecida por la fama, que era lo que buscaba, ha decidido poner una denuncia. Una especie de efecto bola de nieve, en fin, que nos tendrá entretenidos durante algunos días.

La causa por la que la han desposeído del título es completamente arbitraria (por haber sido madre), pero aquella por la que le dieron el título también. De ahí que la chica haya pasado por dos situaciones absurdas, una al ser nombrada y otra al ser desnombrada. Si ganara el juicio, incurriría en una situación absurda más y en tal caso habría que darle el título de Miss Kafka, con perdón de La Metamorfosis. ¿Abriría el nombramiento de Miss Kafka las páginas de Cultura de algún periódico? Quizá no, pero su desnombramiento sería un excelente titular de primera.

Qué mundo.

diumenge, 18 de febrer del 2007

Flora y fauna intestinal

FLORA Y FAUNA INTESTINAL

Sorprende la calidad orgánica de las galerías pertenecientes a la cueva de Tenerife donde perdieron la vida, hace una semana, varios excursionistas. Al observar a los equipos de rescate por la tele, nos daba la impresión de que entraban y salían de un cuerpo. La descripción de su interior no hacía sino acentuar esa idea. «Nos equivocamos de ruta», señaló uno de los supervivientes. Se equivocaron de ruta, piensa uno, como la miga de pan que toma el camino que no debe una vez traspasada la garganta. Te metes en la cama, apagas la radio, cierras los ojos, piensas en los excursionistas de Tenerife y te parece que han nacido otra vez, pues la cueva tiene también algo de útero.

En un descampado cercano a mi colegio, cuando éramos pequeños, había una cueva. Tenía un vestíbulo muy grande, en cuyo interior, provistos de linternas y velas, jugábamos al salir del colegio. Su semejanza con una boca era tal que se podían adivinar sus encías, su velo del paladar, su lengua. Estaba parcialmente desdentada, pero dos o tres rocas estratégicamente emplazadas evocaban también las muelas y uno de los caninos. Al fondo de la gruta se abría un pasadizo por el que había que pasar arrastrándose, como por una garganta muy estrecha. Yo jamás me atreví, pero algunos compañeros aseguraban que tras reptar unos metros se alcanzaba una especie de estómago repleto, por cierto, de jugos digestivos, pues regresaban con la ropa sucia.

Los espeleólogos me producen a la vez fascinación y susto. Desnacen cada vez que entran en una gruta y nacen al volver a salir. En ocasiones hay que sacarlos a la fuerza, con fórceps, porque ni los túneles ni ellos colaboran. Uno de los supervivientes de la de Tenerife contó que se sentó a descansar y se quedó dormido. Se habría muerto dulcemente de no ser rescatado por los bomberos. ¿No es eso lo más parecido a alcanzar un estado prenatal? La espeleología, según el diccionario, estudia el origen y la formación de las cavernas, así como su fauna y su flora. Yo añadiría el término intestinal: su fauna y su flora intestinal. Nuestras condolencias a las familias de los fallecidos y nuestra enhorabuena a los supervivientes.

divendres, 16 de febrer del 2007

La Trama

LA TRAMA

La policía descubrió recientemente que diez empresas vinculadas a Terra Mítica no existen. La noticia añadía que el dato había sido comprobado puerta a puerta.

- Somos de la policía. Venimos a comprobar si existen ustedes.

- Pues no, no existimos.

- De acuerdo, muchas gracias.

Estas empresas inexistentes facturaron, o fueron objeto de facturación, por un valor de varios millones de euros verdaderos gracias a los cuales se mantenía la llamada trama del famoso parque temático dedicado, a primera vista, a los mitos clásicos, aunque de continuar este goteo de noticias deberían incorporar una sección de Chicago años 30. Sería el primer caso de un parque temático dedicado al hampa. Sus visitantes podrían disfrutar de atracciones curiosas, como la de manosear el IVA, que es muy excitante. La mayoría de los ciudadanos no sabemos cómo se hace una factura falsa. Veamos: ¿hace falta papel verdadero, tinta real, tampón de caucho, logotipo, sello de la empresa? En cuanto a la persona que firma la factura, ¿tiene el grado de existencia que tenemos usted y yo, o es una entelequia? ¿El dinero obtenido con una factura falsa es auténtico o de juguete?

Llamamos trama al argumento de Terra Mítica por lo que tiene de novelesco. En la antigüedad, cuando un compañero veía una película de misterio, le pedíamos que nos contara la trama. Se trata de un término oscuro, que provoca la aparición de mariposas en el estómago. Pa ra que haya trama tiene que haber cosas que no se ven, pero que respiran. El secreto de las películas de Hitchcock es la respiración que se escucha todo el rato, como un ruido de fondo. Esa respiración que no pertenece a nadie, sino al sistema pulmonar del relato, es lo que nos obliga a avanzar por la trama sin descanso. Terra Mítica, a raíz del último descubrimiento policial, ha alcanzado ya la categoría de una película con trama. Cuando Zaplana aparece en la tele, me acuerdo de su parque temático y me digo que tengo que ir a verlo antes de que la policía descubra que se trata de una instalación inexistente. A ver si hacemos un hueco.

La barba

LA BARBA

De entre las expresiones relacionadas con el pronóstico del tiempo, quizá la más neutral sea aquella que dice "cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones". Hay que tener mucha cabeza para mojarse tan poco. Si uno encontrara una fórmula semejante para moverse por la vida, sería aceptado en todos los colegios profesionales, en todos los partidos políticos, en todos los cenáculos. Y hay gente que lo consigue. Hay personas a las que les preguntan si creen en Dios y responden que cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones, lo que agrada por igual a todas las confesiones religiosas. Y si se trata de opinar sobre la actualidad, disponemos de un ejército de contribuyentes partidarios de los cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones.

Hablamos de religión o de política por no hablar de la crítica de arte, de las células madre, o del dinitrotolueno. Pienso en una vida así, en una vida de cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones, una vida en la que los gustos propios o las ideas personales estuvieran siempre al resguardo del paraguas plegable. Es posible que, pese a la radicalización aparente de la vida política española, en donde de verdad estemos instalados sea en una situación ideológica de cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones. Tal es lo que señalan ahora mismo las encuestas, donde las diferencias entre los partidos permanecen estables. Algunas tertulias radiofónicas escupen Goma 2 cada mañana, invitando a echarse al monte, pero cuando demoscopia llama a su puerta, los oyentes responden que sí, que bueno, que cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones. Este hallazgo verbal es una variante del "Si sale con barba, San José y, si no, la Purísima", por cuyo significado me preguntaba hace poco el hijo de un vecino. Cuando se lo expliqué, le pareció extraño que un escultor confiara en exclusiva la identidad sexual de sus estatuas a la barba, de modo que intentó sonsacarme una información sobre la vida que no me correspondía a mí darle. Dudé unos instantes. Luego, coloqué mi mano sobre su hombro y le dije: Amigo, créeme, cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones.

dimecres, 14 de febrer del 2007

Cosas de matrimonios

COSAS DE MATRIMONIOS

Angelina Jolie, que no sé si les suena, estuvo casada con un actor llamado Billy Bob Thornton que acaba de hacer públicas las razones por las que se divorciaron: a ella, ha confesado el ex, le gusta viajar por ahí salvando al mundo, mientras que a él le gusta quedarse en casa viendo la tele. Me parece fantástica su sinceridad. El hombre podría haber dado un toque heroico a las diferencias con su esposa, pero le ha podido la pereza y ha dicho lo que piensa: que le gusta la tele. Personalmente (y nunca hasta ahora lo había confesado) vivo divorciado de mí mismo porque a una parte de mí le vuelve loca también la salvación del mundo (incluso la salvación de las almas), pero la otra prefiere quedarse en casa, si no viendo la tele, leyendo una novela burguesa, valga la redundancia.

Ahora mismo no tengo ni idea acerca de qué días de la semana son los mejores para salvar al mundo, pero les aseguro que Simenon es ideal para el sábado por la tarde. Los matrimonios representan perfectamente la dicotomía que se da en los individuos. Cuando se casaron, a Angelina y a Billy les gustaba salvar el mundo y ver la tele, juntos, aunque de forma sucesiva. Pero pasados unos años ella se especializó en salvar el mundo y él en ver la tele. Se dividieron, se partieron, se rompieron, como ustedes quieran y Angelina se fue a África, donde por torpe que seas siempre puedes hacer una obra de caridad, y él se instaló en el sofá con el mando a distancia. Cada uno en su manía y Dios en la de todos.

Así las cosas, es muy difícil tomar partido por uno de los cónyuges. Mucha gente cree que los monjes de clausura no sirven para nada, pero a lo mejor son las bisagras que sostienen al mundo dentro de su quicio. Ver la tele es como rezar, sobre todo si sale Angelina Jolie en una aldea africana dando el biberón a un nativo. Si nadie viera la tele, su misión salvadora carecería de sentido. Quiere decirse que quizá Billy Bob Thornton y Angelina están ahora, sin saberlo, más unidos que nunca. Lo digo por aquellos a quienes hubiera disgustado la separación de una pareja con tanto glamour. Yo, la verdad, es que ni me había enterado.

diumenge, 11 de febrer del 2007

Imágenes turbadoras

IMÁGENES TURBADORAS

Frente a una acusación de racismo provocada por sus opiniones sobre la inmigración, Sarkozy, el candidato de la derecha francesa, respondió en un acto público que uno amaba a Francia o se marchaba a otro sitio. Amarla incluía respetar las reglas de convivencia del país escogido para vivir. Y añadió: «No se es polígamo, no se practica la mutilación genital a las hijas, ni se degüella un cordero en el apartamento». La mención al cordero levantó algunas protestas, por lo que desapareció de algunos resúmenes distribuidos más tarde. Quiere decirse que quizá sí se degüellan corderos en el apartamento. En realidad, en los apartamentos se hacen cosas más graves, pues todo el mundo tiene un cadáver, no precisamente de oveja, en el armario.

En cualquier caso, lo que llama la atención de la frase de Sarkozy es su acierto surrealista. El verbo degollar, junto a los sustantivos apartamento y cordero da lugar a una imagen casi onírica. Por mi parte, estoy viendo el pasillo del apartamento, un apartamento parisino algo oscuro, con más ventanas al patio interior que a la calle. A la derecha, nada más entrar, hay una cocina con muebles viejos y paños de cocina sucios. La pintura de las puertas está medio desprendida, formando costras sobre la madera. El suelo de la casa es de parqué, pero necesita un acuchillado que de momento sólo va a sufrir el cordero, que bala, ingenuo, en la terraza del pequeño salón.

No se degüella un cordero en el apartamento. Me parece que sí, que se degüella. Ya hemos dicho que se hacen cosas peores en los apartamentos. No vamos a enumerarlas. Lo que queríamos señalar es la capacidad del candidato de la derecha para fabricar imágenes inquietantes. Ese mismo día, en una entrevista en la que le preguntaban sobre su jubilación, Luis del Olmo afirmaba: «Mi mujer no me aguantaría en el pasillo de casa». Nada más leer la frase, vi el pasillo y vi a Luis del Olmo intentando evitar a su mujer. Inevitablemente, dada la proximidad con la noticia anterior, vi también un cordero (y un cuchillo). De este modo aleatorio se construyen los sueños. Y la realidad. No sabemos qué quieren decir los sueños. Tampoco lo que quiere decir la realidad.

divendres, 9 de febrer del 2007

Tinta fresca

TINTA FRESCA

La guerra de Iraq se ha convertido en un tema académico. Se habla de ella con la falta de pasión con la que discutimos sobre la guerra del Peloponeso. Bush y los suyos no cometieron un acto criminal: se equivocaron. ¿Cuándo? In illo tempore. Podríamos decir que se trata de un clásico con víctimas actuales. Me he quedado sin tinta, dice el periodista objetivo a su ayudante. Y el ayudante abre un grifo, conectado directamente con Bagdad, del que sale la sangre en la que moja la punta de su pluma para continuar contándonos esa guerra como el que cuenta la de Troya, que nos cae bien porque, ya lo saben ustedes, se hizo por amor.

A veces la sangre no sale del grifo suficientemente depurada y aparecen en ella pedazos de hígado, grumos de riñón, o trozos de cuero cabelludo que el periodista objetivo aparta con la punta de la pluma, como el que saca una mosca de la sopa, para poder continuar escribiendo su clásico, o comiéndose su sopa (boba, a todas luces). Mientras cientos de análisis objetivos llegan a las librerías o a las páginas de opinión de los periódicos, cien o doscientos cuerpos revientan diariamente en Iraq, lo que, lejos de actualizar el conflicto, lo hace más clásico, al tiempo de proporcionar más tinta a los escribas. Se trata de un caso único en la historia de la historia, incluso en la historia de la literatura, donde al hablar de clásicos vivos estamos haciendo una hipérbole consciente. Aznar, Bush y Blair son clásicos vivos de esa guerra. No se les procesa porque sería como procesar a Felipe II.

No hay modo de explicar esta situación tan ventajosa para los agresores como cruel para sus víctimas. Imaginemos que usted es un atracador de bancos actual, aunque sus fechorías, por razones paranormales, son percibidas por el público como antiguas. Usted roba hoy, pero se analiza su caso como si lo hubiera llevado a cabo hace tres siglos. Algo así está ocurriendo con la guerra de Iraq. Sucede ahora, día a día, en este minuto. Antes de que haya puesto el punto final a este artículo habrán muerto 50 personas. Pero sus promotores se han fugado a la Edad Media, desde donde conti núan insultando a la inteligencia.

diumenge, 4 de febrer del 2007

El as en la manga

EL AS EN LA MANGA

Cuando murió mi padre, me tocó vaciar su armario. No me dieron problemas las camisas, de las que extraía la percha como si les arrancara el esqueleto, ni los pantalones, ni siquiera la ropa interior. Pero las chaquetas me lo hicieron pasar mal. Sostengo que es en esa prenda donde se concentra más identidad que en ninguna otra. Veía una chaqueta y veía a mi padre entero. Tenía una de espiguilla que por alguna razón le gustaba muchísimo. Cuando envejeció, comenzó a usarla para andar por casa, como si fuera un albornoz. Y le sentaba extrañamente bien, pese a que los bolsillos se habían convertido en bolsas y las solapas habían perdido el apresto de sus mejores días. Lo recuerdo sin afeitar, sentado frente a la tele, con aquella chaqueta vieja que le daba un aire un poco bohemio, descuidado. Parecía un viejo interesante.

Pues bien, ahí estaba la chaqueta, en el armario, de donde la saqué como el que extrae un órgano de un cuerpo. Sentí la tentación de ponérmela, pero no me atreví. Era como meterse en otra piel. Si persistía en hacerme mayor, ya tendría yo mi propia chaqueta. Revisé los bolsillos, por si hubiera algo en ellos. Cuando los padres mueren, los hijos buscamos desesperadamente mensajes suyos en cualquier parte. Siempre tenemos la impresión de que se fueron sin decirnos algo esencial para la vida. Quizá esa información esencial se encuentre en un libro, en el interior de una sopera, dentro de una caja de zapatos? Los bolsillos de la chaqueta esencial de mi padre estaban vacíos, pero al ir a doblarla noté una dureza en la manga. Introduje la mano con miedo, como si la estuviera metiendo dentro de una madriguera, y tropecé con un as de copas sujeto al forro con un alfiler.

Mi padre guardaba un as en la manga. Durante unos minutos permanecí perplejo. No era jugador de cartas, ni de ninguna otra cosa, por lo que aquello sólo podía tener un carácter simbólico. Lo curioso es que mi padre tenía un pensamiento muy literal. La carta en la manga lo delataba. Fui al cajón donde guardaban la baraja con la que se jugaba en Navidad y no le faltaba el as. Lo había traído de otro sitio. Mi padre me dejó de herencia, además de la chaqueta, un secreto.

divendres, 2 de febrer del 2007

Cosas

COSAS

En la mesa de al lado un tipo intentaba convencer a otro de que los llamados embarazos histéricos podrían ser en realidad embarazos de personas invisibles que se malograban por culpa de la intervención médica. El interlocutor asentía gravemente mientras desmigaba su barrita de pan. Supuse que eran dos empleados de una de las empresas cercanas que comían juntos de forma habitual. Me fascinó la idea de que el mundo estuviese poblado también por gente invisible, individuos como usted y como yo cuya única particularidad consistía en que no se dejaban ver. Tendrían sus consultorios médicos invisibles y sus puestos de trabajo invisibles y sus relaciones sexuales invisibles y sus manías invisibles...

Lo normal, continuó el hombre, es que los bebés invisibles nazcan de mujeres invisibles, aunque de vez en cuando, por un error de la naturaleza o por un cruce de dimensiones, no sé, podría darse el caso de que una mujer visible se quedara embarazada de un niño invisible, lo que, a falta de otra explicación, calificamos de embarazo histérico. A la pregunta de si podría suceder también lo contrario, respondió que tal vez esos niños abandonados en los contenedores de la basura o en los portales de las casas pertenecieran a madres invisibles que no sabían qué hacer con ellos. Para una madre invisible, concluyó, tiene que ser tan duro parir un hijo visible como para una visible uno invisible. A ver, cómo cuidas a un niño invisible. ¿Cómo sabes dónde está en cada momento, dónde tiene la boca, las manos, el pecho? O el culo, dijo el otro.

Presté más atención, para ver si hablaban en broma, pero el gesto de los dos hombres era de seriedad. Uno comía bacalao a la brasa y el otro filete con patatas, las dos sugerencias del menú del día. Yo había pedido unos canelones. Cuando llegó el café, el más hablador de los dos confesó que todo aquello venía a cuento de que a su mujer le habían diagnosticado un embarazo psicológico. Y no nos resignamos, añadió, porque tiene los mismos síntomas que mi cuñada, que dicen que está embarazada de verdad. Si os podemos ayudar en algo..., se ofreció el compañero. Gracias, pero esto lo tenemos que resolver solos. Pidieron la cuenta, pagaron y eso fue todo.