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divendres, 29 d’abril del 2005

Avances

AVANCES

No le quepa la menor duda, amigo: los que hoy se oponen a que usted disfrute de los mismos derechos civiles que yo, sean cuales sean sus preferencias gastronómicas o su orientación sexual, son los mismos que ayer se oponían al divorcio. Y aunque se les intentó explicar entonces que ellos podrían continuar casados, pues no sería obligatorio, armaron la de Dios es Cristo. Todavía los recordamos a las puertas de los grandes almacenes reuniendo firmas en contra del derecho a decidir por uno mismo con quién compartir la vida. Algunos de ellos, como Álvarez Cascos, cuyas homilías en contra del divorcio han pasado a la historia del humorismo universal, se casaron y se descasaron luego de forma compulsiva.

No le quepa la menor duda, éstos de ahora son los mismos que en su día estuvieron en contra del giro copernicano y del sufragio universal. Son los mismos que, si en vez de encontrarse aquí, se encontraran allí, serían partidarios de lapidar a las mujeres adúlteras e infligir cien latigazos falsos al adúltero. Vayan a las hemerotecas, repasen la historia y comprobarán que son los mismos que estuvieron en contra de la Constitución; los mismos que para darte un trabajo te exigían un certificado de buena conducta de tu párroco. Son los mismos que prohibían leer a Kafka, a Sartre, a Marx; los mismos que censuraban las películas, los libros, los periódicos. Estos que dicen que casar a homosexuales no es de hombres, son los que hace unos años los metían en la cárcel.

Ahí tienen a Jeb Bush (por no citar de nuevo a Cascos), partidario de la silla eléctrica y de la cámara de gas, aunque admirador del Papa, frente a quien se arrodilló piadosamente el otro día. ¿Le riñó Benito XVI por matar? ¿Le incitó a la desobediencia civil frente a esas leyes que usurpan una potestad de Dios? ¿Le hizo alguna insinuación relacionada con la checa de Guantánamo? No, no, qué va, todo eso no altera las leyes naturales y por lo tanto no molesta a Dios. Lo que molesta a Dios y a Ana Botella (no sabe uno a quién tener más miedo) es que usted intente ser feliz sin su autorización. No nos equivoquemos, estos que ahora vociferan son los que antes ladraban, así que algo hemos avanzado.

divendres, 22 d’abril del 2005

Preguntas

PREGUNTAS

Ningún premio Cervantes había concitado el entusiasmo del otorgado a Ferlosio. Todos estamos de acuerdo. Enhorabuena. ¿Significa eso que Ferlosio es el paradigma de lo que la crítica llama el "gusto dominante"? ¿Encarnan autores populares como Vargas Llosa o Pérez Reverte el gusto dominante o un gusto dominante cada uno de ellos? ¿Cuántos gustos dominantes hay? ¿Son todos los gustos no dominantes, tal como se predica desde algunos púlpitos, canonizables ipso facto? ¿Se convierte un gusto no dominante en dominante al recibir el certificado de singularidad? ¿Qué atributos deberíamos exigir al expedidor de esos certificados? ¿Currículo? ¿Obra escrita? ¿Titulación académica? ¿Es preferible un producto bueno, aunque hecho para el gusto dominante, que malo, aunque pensado para satisfacer el gusto no dominante? ¿Es más sumiso el lector de Patricia Highsmith que el de Cela?

Si una revolución aboliera el gusto dominante, ¿reeducaríamos a los lectores por decreto? ¿Es el fútbol una expresión deportiva del gusto dominante? ¿Debería prohibirse el Marca después de que se hubieran confiscado las obras artísticas destinadas al gusto dominante? ¿Son los métodos de la crítica literaria rigurosa aplicables a la crítica gastronómica? En tal caso, ¿qué rayos significa que el ser humano sea el único mamífero que continúa tomando leche tras el destete? Una vez suprimido el gusto dominante, ¿se perseguirían los productos lácteos y sus derivados? ¿Puede haber gustos dominantes subversivos y gustos singulares reaccionarios?

¿El hecho de que alguien se manifieste en contra del gusto dominante lo convierte en un individuo moralmente más fiable? ¿Será más difícil de corromper, de sobornar? ¿Prevaricará o traicionará con más dificultades un lector de Octavio Paz que uno de John Le Carré? ¿Ha habido obras de arte que, perteneciendo en su época al gusto dominante, han pasado a la historia como modelos del gusto no dominante? Si una de las funciones del crítico fuera la de convertir el gusto no dominante en dominante, ¿debería dimitir en la toma de posesión? ¿Se puede aspirar a degustar obras de vanguardia en un salón de clase media? Todo son preguntas.

divendres, 15 d’abril del 2005

Ven

VEN

La realidad es muy tentadora. Si uno acepta sus reglas puede volar, literalmente. Y en avioneta propia, para no sufrir los retrasos del resto de los mortales. Individuos como usted y como yo, que se metieron en la realidad política para forrarse, tienen en la actualidad pisos de más de 500 metros cuadrados en el centro de la ciudad. Y hay personas a las que la realidad económica les permite explotar a seres que viven a miles de kilómetros de su casa y cuyos rostros no verán jamás. Con dinero real puedes comprar niños y niñas como el que adquiere cien gramos de jamón. Y te los puedes comer, porque, además de tiernos, están sin registrar. Han venido al mundo para que un pederasta capitalista con los dos pies en la tierra se mee en ellos antes de abandonarlos en un contenedor. La realidad. La realidad, si te comprometes con ella, te permite bombardear impunemente poblaciones enteras, torturarlas, gasearlas, arrebatarles sus recursos económicos. La realidad es más rica, mucho más, que la imaginación.

Por eso no se entiende la manía de los educadores y los padres para traer a los niños a la realidad. Déjenlos ahí, que no hacen daño a nadie. Quizá estén imaginando que se cargan al profesor de Matemáticas, al de Ciencias, al de Literatura, pero eso no perjudica al cuerpo docente, por favor. Lo peligroso es dar el salto de la fantasía a la realidad. Y a esto es a lo que nos invita la pedagogía, a venir a la realidad, a dar ese salto. Y la realidad es muy peligrosa, amigos. Se pasa el día con las piernas abiertas, mostrando las delicias de las que podríamos disfrutar si abandonáramos la imaginación. Vive dios que tiene un sexo atractivo. No hay espectáculo pornográfico con más carne, ni mejor colocada, que la realidad.

Mira lo que sería tuyo si te decidieras a especular con la vivienda, con el pan, con las patatas. Mira lo que sería tuyo si te dedicaras al tráfico de esclavos. Mira lo que sería tuyo si te metieras en política, si te apuntaras a una orden religiosa, si estudiaras empresariales en vez de matricularte en Filosofía y Letras... Mira lo que sería tuyo si me dedicaras este artículo, muchacho. Déjate de fantasías, ten los dos pies en la tierra, gánate la vida. Ven.

divendres, 8 d’abril del 2005

Conmoción

CONMOCIÓN

Conmoción El País 08.04.2005

Llevabas razón, madre, si te significas demasiado, al final te quedas más solo que la una. No volveré a hacerlo. Ahí van, como muestra de mi arrepentimiento, estas líneas hondamente sentidas sobre el Papa: ha muerto un campeón de la libertad, un hombre que llevó a la Iglesia a cotas increíbles de democracia interna y que reconoció los derechos de los colectivos tradicionalmente perseguidos u olvidados, fueran pobres, mujeres, homosexuales o filatélicos (en el caso de que la filatelia sea una opción venérea, que ahora no caigo). Su odio a las tiranías fue tal que administró la eucaristía a Pinochet, también conocido como el libertador del Cono Sur, con el que la Iglesia de Juan Pablo II colaboró activamente y sin complejos. Y hablamos de Pinochet por no mencionar a héroes menores como Videla, que llevó a cabo su misión redentora gracias a la eficaz ayuda de los obispos argentinos.

Ojalá que la Iglesia no aproveche este óbito para relegar de nuevo a la mujer a la condición servil de la que Wojtyla la rescató. Ojalá que el Vaticano continúe apostando por las comunidades de base, por los desheredados de la Tierra, como hizo Juan Pablo II al apoyar a los teólogos más comprometidos con la difusión del mensaje de Cristo entre los pobres. Pido a Dios que ilumine a los cardenales para que elijan un sucesor capaz de continuar la revuelta que este hombre llevó a una institución ya de por sí avanzada. ¿O acaso podremos olvidar los españoles la complicidad, dicho sea en el mejor sentido de la palabra, de la jerarquía eclesiástica con Franco, cuyas torturas aplaudió hasta quedarse sin manos? Y es que también Franco, como ha demostrado la historia, era otro campeón de la libertad.

¿Para cuándo su beatificación? No volveré a quedarme solo. En el futuro repetiré lo que ordene la tele, aunque contradiga mi experiencia. Escribo estas líneas al sol de abril, en la terraza de una cafetería. Nadie, a mi alrededor, da muestras de haber sufrido una gran pérdida, pero debe ser un efecto óptico porque los telediarios hablan de un duelo universal, que afecta a todos y cada uno de los habitantes del planeta. Me rindo, mamá, y en este acto abomino del condón y me adhiero al discurso único.

divendres, 1 d’abril del 2005

Dos frentes

DOS FRENTES

Lo último que se le ha ocurrido a Rodríguez Zapatero es hacer desde Venezuela, y en compañía de otros tres indocumentados como él, unas declaraciones contra el terrorismo y el hambre que no parecen meras formulaciones retóricas. Estos locos ignoran el papel estabilizador de ambas lacras en la economía del mundo. Alguien debería explicárselo antes de que pasen de las palabras a los hechos. De momento, han osado ponerlo por escrito en un papel en el que se comprometen a combatir el terrorismo "con estricto apego al derecho internacional y a las normas de protección de los derechos humanos". Como suena. No pueden ocultar que están en contra de la tortura, quizá también de las detenciones ilegales, y a favor, ¡válgame Dios!, del hábeas corpus. Pero, hombres de Dios, si hasta el más prestigioso politólogo de Harvard ha reconocido ya la eficacia de la picana en la recogida de información.

Hay que pararlos. Hay que parar, sobre todo, y por lo que nos toca, a Zapatero. Y conviene hacerlo desde dos frentes que, aunque parezcan intelectualmente incompatibles, a la larga resultarán complementarios. Si en algo tenemos experiencia es en engañar a los votantes. Tachemos pues, de un lado, a Rodríguez Zapatero de ingenuo incorregible; de pacifista idiota; de adolescente tontorrón; de idealista ciego a las limitaciones de la realidad y de los mercados. Convenzamos al contribuyente de que no hay nada más peligroso para nuestro proyecto económico, social e histórico, que esa especie de candidez bobalicona con la que se presenta en las cancillerías, en los mítines y en los consejos de ministros.

Pero al mismo tiempo, y desde el segundo frente, llevemos al ánimo de los ciudadanos la idea de que es un monstruo de maldad; una inteligencia calculadora; un perverso que se alió sin perder la sonrisa con los mismísimos terroristas del 11-M para realizar el atentado con el que conquistó el poder. No es que sea el autor intelectual de la matanza, no, es que él mismo colocó las bombas. ¿Dónde estaba, por cierto, aquel día? ¿Se ha verificado adecuadamente su coartada? Si no lo hacemos caer por tonto, en fin, lo haremos caer por listo. Y si nos falla todo, contratamos de nuevo a Ansón.