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dimecres, 29 de juliol del 2009

El Quijote envuelto

EL QUIJOTE ENVUELTO

Christo es ese artista que envuelve puentes y edificios de toda clase al modo en que nuestras abuelas envolvían los muebles cuando salían de vacaciones. Tanto es así que la primera vez que vi una obra de este artista pensé que la madre de mi padre (de origen búlgaro, como él) había intervenido de algún modo en el proyecto. Ignoramos si esto es arte porque tampoco tenemos una idea muy clara de lo que es el arte. El motor de un coche, desde algún punto de vista, es una escultura, pero todavía no se reconoce como tal. ¿Es más artístico un sillón de orejas tapado que uno descubierto? No tenemos ni idea. Lo que sí podemos afirmar es que el primero da más miedo que el segundo. Si la obligación del arte es provocar pánico, Christo es un artista.

Cuando yo era pequeño (quizá ahora también), se cubrían durante la Semana Santa las imágenes de las iglesias. Fueron los primeros christos que vi y voto a bríos que aquellos bultos te ponían los pelos de punta. En cierto modo, lo que Christo hace es extraer la calidad de bulto que hay en todo, también en cada uno de nosotros. Un cadáver con una sábana por encima es un christo. Cuando vi las imágenes del Reichtag envuelto, en lo primero que pensé fue precisamente en un difunto. Claro que cuando veía los sillones de oreja de mi abuela tapados también pensaba en los muertos. Toda envoltura tiene algo de sudario. ¿Es el sudario una pieza artística? Ni idea.

La moda, que tiene inevitablemente algo de disfraz, es arte. Lo que vemos en los desfiles de moda es gente disfrazada. Precisamente, acabo de leer unas declaraciones de Tim Burton en las que el genial director de cine afirma que cuando uno va disfrazado aprende más de sí mismo. Se trata de una verdad tan vehemente que parece mentira que no se nos haya ocurrido antes. Nada mejor, para conocer el propio rostro, que mirarse en el espejo con una máscara. Total, que burla burlando, y casi sin querer, estamos alcanzando la conclusión de que quizá lo de Christo sea arte. Un hombre que momifica todo lo que ve es un creador, un virtuoso. El desmomificador, en cambio, es un científico. ¿El Quijote envuelto es más literario que el Quijote a la intemperie?

dilluns, 27 de juliol del 2009

El cementerio de elefantes

EL CEMENTERIO DE ELEFANTES

El taxista sólo tenía una cuerda vocal; la otra se la había extirpado el cirujano. Por culpa del tabaco, por lo visto. Hablaba esforzándose mucho, con un tono agudo.

-Imagínese –dijo- una guitarra con una cuerda menos.

-O un piano al que le faltara una tecla –dije yo.

-No es lo mismo -añadió él-, un piano se parece más a la dentadura que a la laringe.

Como ustedes ven, se trataba de un hombre muy preciso en la manipulación de las imágenes. No tuve más remedio que darle la razón.

-Así que por fumar -añadí para romper el silencio-.

-Por fumar, sí, resulta que la nicotina mata las células. No las mata de golpe, sino poco a poco. Y cuando ellas sienten que están a punto de expirar, se amontonan en un lugar del cerebro que no recuerdo ahora cómo se llama y crean toda clase de problemas porque es una zona muerta, ¿comprende? Los médicos la llaman necrosada, una zona necrosada.

La imagen me recordó a la del cementerio de elefantes. Según el mito, cuando están a punto de morir, se dirigen a un lugar escondido donde expiran rodeados de los cadáveres de sus antepasados. Lo leí de adolescente, en una novela de Tarzán, y no se me ha ido aún de la cabeza. El sueño de los traficantes de marfil era dar con ese cementerio, que se encuentra en un lugar remoto, quizá en un no-lugar.

El taxista conocía el mito y le pareció bien la comparación. Casi podíamos ver a las células moribundas caminado trabajosamente hacia el cementerio de células, situado en una zona remota del encéfalo, donde rodeadas de neuronas que velaban por su descanso eterno, formaban pequeños túmulos.

El taxista me miró a través del retrovisor y dijo que yo era muy sensible a las imágenes orgánicas, por lo que me iba a contar a continuación el día en que tuvo un infarto de colon. Ignoraba que existía esa clase infartos, pero le pedí que me dejara allí mismo. Con lo de la cuerda vocal y el cementerio de células me sobraba para un artículo de 38 líneas.

divendres, 24 de juliol del 2009

Un poco de paciencia

UN POCO DE PACIENCIA

Los ciudadanos ingenuos desconocemos cuál es ahora mismo la evolución real de la gripe A, pero empezamos a darnos cuenta de su evolución verbal. Hacemos esta distinción porque la evolución verbal y la real no siempre coinciden (en los mapas aparecen también carreteras que no existen). Llegan fogonazos informativos de lo ocurrido aquí o allá. El Gobierno británico, por ejemplo, establece una previsión de 65.000 muertos; el español, de 8.000. A continuación se nos dice que 8.000 no es mucho, es lo normal con la gripe de andar por casa, a la que ya estamos acostumbrados. Las informaciones nos llegan como pedazos de un mapa de roto. Uno se sienta a la mesa camilla e intenta casar unos fragmentos con otros, pero no sale una figura lógica. Entre tanto, se hacen llamamientos a la calma. ¿Cómo calmar a alguien que no está intranquilo?

Tenemos algunas experiencias sobre la evolución verbal de asuntos francamente serios. ¿Recuerdan ustedes la evolución verbal del aceite de colza? Al principio era un bichito que si se caía al suelo se mataba. Lo dijo una autoridad sanitaria de la época. Pues todavía colea. ¿Recuerdan como evolucionó la historia de las vacas locas? ¿En qué quedó? ¿Qué paralelismo hubo entre las palabras y la realidad? Ninguno. Los carniceros vendieron un poco menos durante algunos meses y luego, si te he visto, no me acuerdo. ¿Y la evolución verbal de la «ligera recesión económica»? Durante las elecciones europeas, por cierto, saltó a la prensa una cuestión que parecía importante: el uso privado, por parte de Zapatero, de un avión de propiedad pública. La cosa pasó a mejor vida al día siguiente del recuento. Hay asuntos que sólo tienen existencia en el plano verbal.

Y bien, todavía no ha llegado el otoño y la ministra de Sanidad ha comenzado a hablar de la vacuna contra el virus H1N1. El asunto de la vacuna está teniendo un recorrido verbal muy curioso, pues a veces estará lista para octubre y a veces para diciembre; a veces, la población de riesgo es ésta y a veces esta otra. Es cierto que las palabras generan realidad, pero tienen sus límites. Si mueren 25.000, por poner un ejemplo, seguirán siendo 25.000, aunque usted diga 8.000. O sea, que un poco de paciencia.

dimecres, 22 de juliol del 2009

Rita Barberá es moderna

RITA BARBERÁ ES MODERNA

La señora Barberá no recibió bolsos de Louis Vuitton como Camps no recibió trajes de Milano. La alcaldesa de Valencia, igual que el presidente de la Comunidad, tampoco conocía a El Bigotes. Creemos a los dos, colocaríamos la mano en el fuego por el uno y por la otra. Ahora bien, pongámonos en la hipótesis (quede claro que no es más que una hipótesis) de que Rita Barberá sí hubiera recibido esos regalos que en realidad no ha recibido y con los que sale fotografiada en la prensa. Supongamos que sí los recibió. ¿Qué pasa? ¿No le regalan anchoas a Rodríguez Zapatero? Y lo de Zapatero no es una hipótesis, porque hemos visto al presidente Revilla entregándoselas a pie de taxi. Es verdad que hay cintas en las que Camps llama «amiguito del alma» a un individuo al que no conocía, pero es que Camps llama «amiguito del alma» a todo el mundo.

Ningún problema, pues. Seguro que la alcaldesa, que es menos descuidada que Camps, sí conserva las facturas de los bolsos. Y si no las conserva ella, habrá copia en el establecimiento. A menos, claro, que haya pagado en metálico también, y no con tarjeta de crédito, que es lo que hace todo hijo de vecino. Si yo fuera Rajoy, obligaría a mi gente a utilizar la tarjeta de crédito. No basta con viajar al centro ideológico, hay que llegar también a la modernidad pecuniaria, que pasa por llevar menos metálico encima. En el PP odian los cheques, las transferencias, el dinero de plástico. Hay militantes que pagan pasajes a Sudáfrica (8.000 euros del ala) en billetes de 50, y tesoreros que devuelven créditos bancarios millonarios en talegos de 500. Hombre, hombre, parecen ustedes trogloditas. Luego tienen problemas con la justicia y no pueden demostrar nada porque pillaron la pasta de la caja de la farmacia de su esposa sin dejar una nota.

Rita Barberá, de cuya modernidad, a la vista de su modo de expresarse, nadie duda, tendrá facturas de todos y cada uno de los bolsos de Louis Vuitton que luce en los actos públicos (si no las tiene, no se apure, ya sabemos que entre ustedes es normal llevar 4.000 euros en el escote). Pero si se los regalaron los de la trama corrupta de Correa, ¿qué? Ahí están las anchoas de Revilla. Etcétera.

dilluns, 20 de juliol del 2009

Un proyecto genial

UN PROYECTO GENIAL

Siendo de letras, comprenderán que se me resistieran los números del nuevo modelo de financiación de las autonomías. Además, por la radio muchos tertulianos aseguraban que se trataba de un «tema muy complejo», como diciendo que no estaba al alcance de cualquiera comprenderlo. La vida está llena de asuntos de este tipo. Cuando llevo el coche al taller, no pretendo entender la avería, pero acudo a un establecimiento en cuyos profesionales confío. En el asunto de la financiación, decidí también confiar en los profesionales. Pero permanecí atento a las señales que llegaban de los distintos medios, para ver si de ese conjunto de opiniones obtenía alguna luz.

No me gustaron las explicaciones de la ministra Salgado, que produjo la impresión de sentirse culpable, impresión que se acentuó al afirmar que el Gobierno no desmentiría, aunque tampoco confirmaría, lo que dijeran los representantes de las autonomías acerca del proyecto. ¡Qué raro!, me dije, aquí huele a chamusquina. Luego braceé con esfuerzo a través de decenas de editoriales y de artículos de opinión. Presté una atención especial a las palabras de Rajoy y Montoro, para quienes el nuevo sistema era, además de una chapuza, una inmoralidad que sólo perseguía el mantenimiento del poder en Cataluña por parte del PSOE. Escuché también otras opiniones del entorno del PP, en apariencia muy bien fundadas, y de todas se deducía que el gobierno había cometido un error, además de una cacicada sin precedentes.

Los días, entre tanto, pasaban y por debajo de las opiniones en contra, mejor o peor fundamentadas, uno percibía también el olorcillo característico de la catalanofobia, a la que somos tan dados históricamente (¿recuerdan el boicot al cava llevado a cabo por el PP y sus adláteres?). Pero uno decidió no hacer caso a ese tufo, que podía despistar. Pues bien, he aquí que cuando uno estaba a punto de formarse una opinión contraria al nuevo sistema, llega el PP y decide abstenerse en la votación. Pero, hombre, a un proyecto chapucero e inmoral hay que decirle que no directamente. Una abstención, de hecho y tal como están las relaciones entre PP y PSOE, es un sí. Vamos, que debe ser un proyecto genial.

divendres, 17 de juliol del 2009

No sabe uno qué decir

NO SABE UNO QUÉ DECIR

A los pocos años de la furia privatizadora de Margaret Tatcher, que aplicó a los servicios públicos los mismos criterios de rentabilidad que a las hamburguesas, empezaron a sucederse los accidentes ferroviarios en el Reino Unido. Para esas fechas, la Dama de Hierro ya estaba gagá y quizá no se enteró, pero los usuarios de los trenes que sobrevivieron a la restructuración sumaron dos y dos y comprendieron enseguida que eran cuatro. Los usuarios de la sanidad madrileña, víctima del ideario social y económico de Esperanza Aguirre, hemos empezado a sumar dos y dos y también salen cuatro. Quiere decirse que cuando en un hospital se confunde la habitación de la maquina de fotocopias con la habitación de un enfermo, tampoco es raro que se confunda la vía gastrointestinal con la parenteral. Una cosa lleva a la otra. Hubo un tiempo en el que ser aparcado en un pasillo del hospital, haciendo tus necesidades a la vista de todo el mundo, era una noticia. Hoy es completamente normal, por eso no sale en los periódicos. Cualquier persona (humana) que haya tenido que hacer uso de los servicios de urgencia de la sanidad madrileña a lo largo de los últimos meses ha comprendido que algo olía mal en Dinamarca.

Los sindicatos llevan meses advirtiendo del deterioro de estos servicios. Hay poca gente y sometida a rotaciones absurdas. No son las rotaciones lo único absurdo. Esperanza Aguirre ha inaugurado hospitales con incubadoras de atrezzo, es decir, hospitales falsos. Cuando ella salía por una puerta, los operarios entraban por la otra y se llevaban los decorados. Con independencia, pues, de la negligencia que haya podido cometer una persona concreta, una enfermera que ni sé cómo se llama ni me importa, lo que tendríamos que ver es si aplicar a la sanidad los criterios de rentabilidad que se aplican al negocio vacuno es rentable a medio y largo plazo. Y decimos rentable, a secas, porque no creo que entendieran el término moral. De ser así, de entenderlo, alguien habría dimitido ya tras las muertes sucesivas de una madre y su hijo. La primera tuvo que ir cuatro veces a urgencias para que le hicieran caso. Al segundo, le han confundido las venas con el intestino. No sabe uno qué decir.

dimecres, 15 de juliol del 2009

La basura tiene su punto

LA BASURA TIENE SU PUNTO

A Bárcenas le han pedido por activa y por pasiva que dimita y él que no. ¿Por qué no lo echan?, se pregunta uno. ¿Acaso es el tesorero del PP el dueño de la empresa? Estando el PP a favor del despido libre, y deseando, como están, quitárselo de encima, podrían darle el finiquito. Pero no se lo dan y no se lo dan por miedo a que hable. Él mismo ha dicho que se lleva por delante a Rajoy si no se respetan sus tiempos. Eso es como si tú posees una ferretería en la que trabaja un contable que tiene conflictos con la ley e intentas quitártelo de encima, como es lógico, pero él se hace fuerte.

-Si me echas denuncio las irregularidades de tu negocio y vas a la cárcel tú también.
Si tu negocio es irregular, te tragas la carta del despido y aquí paz y después gloria. ¿Es irregular el negocio del PP? Todo indica que sí. No se alarmen, en otra época también fue irregular el negocio del PSOE (filesas, matesas, etc.). Lo malo es que nos acostumbremos a la irregularidad, o sea, que nos parezca normal lo de Bárcenas y lo del pánico de Rajoy a despedirlo. Si uno vive durante mucho tiempo en la basura, acaba acostumbrándose a ella, incluso le resulta acogedora, y eso es lo que nos está pasando (y no sólo en el orden político), que la basura empieza a resultarnos acogedora. Dos meses más en este plan y cogemos cariño a Bárcenas y empieza a darnos lástima Camps, y recomendamos a nuestros hijos que se metan en política para corromperse.

El gobierno valenciano troceaba los contratos que firmaba con la trama corrupta, de modo que nunca pasaran de 12.000 euros y se pudieran otorgar a dedo. De este modo lograban dos objetivos: uno, el de no sacar a concurso público lo que manda la ley; dos, el de acostumbrarse a la corrupción de modo paulatino. Da apuro corromperse de golpe, aquí te pillo y aquí te mato. Se empieza por poco: unos zapatos de anca de potro hoy, un traje de pura lana mañana, una comida de lujo la semana que viene… Cuando te quieres dar cuenta estás hasta el cuello de basura, pero a esas alturas le has cogido el punto, o sea, que te gusta. El problema no es que guste a los políticos, sino que a los votantes nos dé igual.

dilluns, 13 de juliol del 2009

Luego empezó a llover

LUEGO EMPEZÓ A LLOVER

En la mesa de al lado a la que yo consumía mi gin tonic un hombre y una mujer mantenían la siguiente conversación:

-Cuando me casé con tu hermana –decía él-, no podía imaginar que entre tú y yo pudiera surgir esto.

-Dices «esto» como si hubiera algo –respondía ella.

-Si no hubiera nada –añadía él-, de qué íbamos a estar tomándonos una copa a media tarde, solos, casi a escondidas.

-Pues entonces –concluía ella-, paga y vámonos.

El hombre echaba mano a la cartera, pero no la llevaba encima. Tras el desconcierto inicial, le pedía a ella que se hiciera cargo de la cuenta. Pero ella había salido de casa sin el bolso. Entonces me ofrecí a invitarlos. No, por favor, dijeron. Sí, por favor, dije yo, hoy por ti, mañana por mí. Como no tenían más remedio, me dieron las gracias, dijeron al camarero que yo me haría cargo de su nota y salieron del establecimiento lanzando miradas huidizas a uno y otro lado, como dos adúlteros novatos o con sentimiento de culpa.

Su mesa fue ocupada por otra pareja, también de adúlteros, pero con más experiencia y sin sentimiento de culpa. Se trataba de un adulterio tan prolongado que parecía un matrimonio, por lo que no era raro escuchar de ella o de él observaciones o reproches característicos de un esposo o de una esposa. Me pareció que no tenían interés alguno, por lo que pedí la cuenta con intención de irme a escuchar conversaciones a otro sitio.

Al echar mano de la cartera, me di cuenta de que la había olvidado en casa. Tras cavilar unos instantes sobre la situación, me dirigí a la pareja de adúlteros recién llegada explicándoles mi caso y pidiéndoles que me invitaran (omití que a mi consumición había que añadir la otra). Los adúlteros me miraron de arriba abajo, para cerciorarse de que no era un indigente, y aceptaron pagar mi cuenta con la expresión del que te perdona la vida. Di las gracias, salí y pasé por delante de un coche donde había una pareja besándose. Me detuve un instante para observar, y resultaron ser los cuñados a los que había invitado yo. El hombre abrió los ojos, me miró y yo levanté el pulgar en señal de éxito y de enhorabuena. Luego empezó a llover.

divendres, 10 de juliol del 2009

Qué mundo

QUÉ MUNDO

Cada país tiene la excepción cultural que se merece. La nuestra son los toros. Usted no puede colgar a un galgo de la rama de un árbol, dejando que sus patas traseras queden a cinco centímetros del suelo, obligando al animal a "teclear" en busca de tierra firme, porque lo prohíbe la ley. Y lo prohíbe pese a que si se le colocara debajo una máquina de escribir, podría alumbrar un poema dadaísta fabuloso mientras se asfixia. Pero un poema, por bueno que sea, no compensa. Una corrida de toros, en cambio, sí, aunque sea mala. De acuerdo en que al toro se le humilla más que al galgo, y durante más tiempo (banderillas, puya, estoque...); de acuerdo en que mientras sangra por la boca ha de sufrir los aullidos de placer del respetable (es un decir); de acuerdo en que le cortan las orejas y el rabo. Pero el resultado artístico consuela de toda esa barbarie, y de ahí la excepción.

Cada país tiene también la norma política que se merece. Rita Barberá acaba de proclamarla desde la falla moral en la que vive. Todos los políticos somos iguales, todos recibimos regalos, todos nos relacionamos con el hampa, todos tenemos amiguitos del alma en los bajos fondos. Dado que con estas palabras venía a confirmar que Camps no ha pagado los trajes que jura haber pagado, cabe deducir también que todos mienten. Pero mienten con tanta gracia y con tanta intención que la falla valenciana que forman entre la alcaldesa, el citado Camps y el inenarrable Ricardo Costa merecería ser salvada de la quema. Y de eso se trata a fin de cuentas. Camps está a salvo ya: si prospera su recurso, porque ha prosperado su recurso; si no prospera, porque quién no se han corrompido un poco a lo largo de su vida. Falta por saber qué le han regalado a Barberá sus amiguitos del alma y por qué el galgo dadaísta no se incluye en la excepción cultural. Qué mundo.

Proporciones

PROPORCIONES

No tenemos ni idea de la relación existente entre los servicios secretos y la vida cotidiana, pero si el aleteo de una mariposa aquí puede provocar un terremoto allá, cualquier cosa es posible. El bolígrafo, sin el cual yo no podría vivir, fue en principio un invento destinado a los servicios secretos, lo mismo que el tubo de la pasta de dientes. El caso es que durante las últimas semanas nos hemos levantado y acostado con noticias relacionadas con el CNI o Centro Nacional de Inteligencia. La inteligencia española tiene una desventaja respecto a la de otros países y es que aquí el único espía al que conocemos es Perote. Da un poco de risa asociar el término inteligencia a ese coronel de infausta memoria, pero las cosas son como son. Yo escucho la palabra espía y veo el rostro de Perote. A veces veo también el de Roldán, al que los servicios secretos fotografiaron en calzoncillos, rodeado de chicas, cuando era director general de la Guardia Civil.

Vida cotidiana y noticias de prensa, decíamos. Acaba de salir una pastilla que alivia los problemas de la eyaculación precoz. Ahí tenemos una noticia cuya relación con lo cotidiano es evidente. Quizá el Priligy (buen nombre, sí señor) lo hayan inventado los servicios secretos norteamericanos, para que sus agentes no hicieran el ridículo al llevarse a la cama a algún pez gordo. No importa. Como si lo ha inventado un sargento de caballería. El Priligy, del que ahora hacemos tantas bromas, está condenado al éxito, igual que la viagra. Lo malo es que no te lo dan sin receta, aunque tengas mucha prisa. Quiere decirse que entre que pides hora (al urólogo, supongo), te acercas a la consulta, haces cola, te dan la receta, vas a la farmacia, llegas a casa y te tomas el Priligy con un vaso de agua, puedes haber eyaculado (prematuramente) siete veces, sobre todo si te tratas con viagra. Eso hay que arreglarlo, para evitar la paradoja.

En todo caso, que es a lo que uno pretendía llegar, un periódico que sólo publicara noticias relacionadas directamente con la vida cotidiana sería un éxito. Sería un éxito un periódico en el que, simplemente, hubiera una proporción adecuada entre el tamaño de la noticia y lo que nos ocurre a usted y a mí. A ver si lo inventan.

dimecres, 8 de juliol del 2009

Identidad y sardinas

IDENTIDAD Y SARDINAS

Según Brenda McCowan, veterinaria de la Universidad de California, un delfín sabe quién es cuando se mira en el espejo. Lo leí hace poco en una entrevista que hicieron a la delfinóloga en La Vanguardia y me quedé atónito. De modo que a un delfín le pones un espejo delante y se dice mira, ahí estoy yo. A lo mejor, saca la lengua también, para ver si la tiene sucia, y se quita un par de espinillas. De los delfines llevamos años afirmando unas cosas increíbles. Tan pronto curan enfermedades mentales como poseen un lenguaje dotado de una sintaxis complicada. Ahora resulta que tienen una subjetividad y que por lo tanto saben quiénes son. De saber quién es uno a inventar el carnet de identidad no hay más que un paso. Y es lógico, si yo sé que soy Ricardo Pérez Gutiérrez, lo lógico es desear que figure por escrito. Si además de ser Ricardo Pérez Gutiérrez, he estudiado arquitectura, quiero que debajo de mi nombre figure mi profesión. Y si estoy casado y tengo hijos, lo normal es que aspire a poseer también un libro de familia. Una cosa lleva a otra.

Saber quién eres cuando te miras en el espejo conduce a tomar decisiones capaces de cambiar tu vida y la de tu entorno. De hecho, si no hubiéramos inventado los espejos, el mundo sería diferente. Cuando Narciso se miró en las aguas del río y se enamoró de sí, comenzó un proceso que nos ha conducido, sin ir más lejos, a inventar los parques zoológicos. Una de las atracciones de más éxito en estos parques es la de los delfines amaestrados, a quienes obligamos a hacer unas tonterías increíbles a cambio de una sardina. Si los delfines supieran lo humillante que es hacer piruetas fuera del agua a cambio de una sardina, renunciarían a la sardina. Es muy difícil mirarse en el espejo después de haberse ganado la vida de ese modo.

Quiere decirse que si los delfines supieran de verdad quiénes son cuando se miran en el espejo, en vez de comerse la sardina, se comerían a su cuidador, para espanto de los niños. Y es que cuando uno sabe quién es, se transforma inevitablemente en un sujeto, mientras que los delfines del zoo, hoy por hoy, son meros objetos (de diversión). A ver si hablamos con propiedad.

dilluns, 6 de juliol del 2009

Lógicas nacionalistas

LÓGICAS NACIONALISTAS

Arnaldo Otegi, que en la práctica actúa como representante del brazo político de ETA, acaba de afirmar que nos dirigimos a un mundo peligrosamente autoritario. ¿Es impresionante o no es impresionante? ¿Y quiénes son los autoritarios, los que votan o los que pegan tiros en la nuca? Pues los que votan, mire usted. Parece ser, siempre según Otegi, que si alcanzaran el poder los que ponen bombas en los supermercados (actividad antiautoritaria donde las haya) el mundo sería un paraíso de libertades.

Yo no estaba en el Hipercor cuando en junio del 87 decenas de cuerpos y de miembros saltaron por los aires en el pasillo de los detergentes, pero no sé si me atrevería a calificar el espectáculo de antiautoritario. Precisamente lo he buscado en internet, por si hubiera olvidado algo, y las fotografías le ponen a uno la carne de gallina. Murieron 21 personas y 45 resultaron gravemente heridas, 22 quedaron inválidas. Puro antiautoritarismo.

Yo no he reventado nunca al arrancar mi coche por la mañana, para ir al trabajo. A mí no me ha saltado una pierna por los aires, ni un brazo, ni media cara. No he sufrido en mi propia carne los beneficios del antiautoritarismo. El mismo Otegi da las ruedas de prensa de cuerpo entero y no de cuerpo presente, como las víctimas de la liberalidad de ETA. O sea, que hay algo que no encaja, al menos desde el significado que le da uno a las palabras. A lo mejor, cuando Otegi se queda solo saca del cajón un látigo y se da en las nalgas hasta sangrar, para disfrutar un poco de su propia concepción del antiautoritarismo. Pero eso no es nada frente a la posibilidad de quedarse sordo o ciego o paralítico, o muerto, pum, pum.

Lo curioso es que observas atentamente a Otegi mientras se expresa (es un decir) y llegas a la conclusión de que habla completamente en serio. Para él, las instancias judiciales europeas (no digamos las españolas) nos conducen a cien por hora a formas de autoritarismo insoportables. ¿Y cómo enfrentarse a esa peste? Pues como lo hace ETA, coño. Coges la pistola, sales a la calle, ves pasar a un hombre con su hijo de la mano, te acercas a él por la espalda y le pegas un tiro en la nuca. Al niño le escupes, para no gastar munición. Lógica nacionalista.

divendres, 3 de juliol del 2009

Urgencias

URGENCIAS

Un médico dijo muy serio por la tele que la gripe de esa pobre chica, Dalila, se había enmascarado tras los síntomas del embarazo. ¡Qué jodida la gripe, ¿no?, utilizar el cuerpo de una cría encinta como caballo de Troya! Así no la diagnostica ni House. A House, en una situación de alerta mundial por el virus A, le llega una chica con fiebre, dolores en las articulaciones y dificultades para respirar, o sea, con todos los síntomas de una gripe de invierno en pleno verano, y lo primero que le pregunta es si está embarazada. Si está embarazada, le receta paracetamol y la manda a casa. Y si vuelve cuatro veces, como Dalila, cada vez con más fiebre, con más dolores, y con más dificultades para respirar, la manda cuatro veces a casa. Bastante suerte tuvo la chica con que no le dieran con los protocolos en la cabeza, en lugar de aplicárselos, por pesada.

Y si sólo fuera la gripe la que se enmascara... ¿Pero cómo adivinar, por ejemplo, que lo que llamó a la puerta como un ligero estancamiento económico era en realidad una crisis del copón? ¿Cómo distinguir un golpe de Estado de un regreso a la senda constitucional? ¿De qué van disfrazadas las rentas del capital para recibir mejor trato que las del trabajo?

Todo esto por no hablar del pederasta que se presenta en sociedad bajo la apariencia de un obispo o del ladrón que pronuncia discursos de patriota... Así están las cosas: el desparpajo se hace pasar por literatura, los intereses privados por intereses públicos, los pasillos de los hospitales por habitaciones con vistas, la gimnasia por la magnesia, Luzbel por Dios, los chorizos por senadores, las flores de plástico por flores naturales, la ambición de poder por la vocación de servicio, los ejércitos por ONGs, el chismorreo por periodismo... Dalila, coño, ¿a quién se le ocurre quedarse embarazada en tales circunstancias?

De títulos y estatuas

DE TÍTULOS Y ESTATUAS

Estábamos locos entonces, cuando hicimos a Franco alcalde honorario e hijo adoptivo de Madrid, y estamos locos ahora, al despojarle de esos títulos. Estamos locos todo el rato. Por eso nos gusta jugar a los vestiditos. Ahora te ponemos el verde, ahora el azul marino. El problema es que no tenemos a nadie por arriba que nos diga: ¿Estáis locos o qué? Total, que el otro día se reunieron las autoridades del Ayuntamiento de Madrid y decidieron arrancarle a Franco su vestidito azul de alcalde con su camisita y su canesú. A mí me pareció bien, claro, pues aquel bárbaro no se merecía ningún título honorífico. Pero luego tuve un arranque de lucidez y comprendí que estábamos tontos. Quiero decir que al despojarlo lo homenajeábamos también en alguna medida.

No es lo mismo quitar una estatua de Franco de la vía pública que sacarlo de un archivo. En la vía pública molesta. En los archivos se llena de ácaros. Personalmente, ni siquiera sabía que Franco era alcalde honorífico e hijo adoptivo de la ciudad en la que vivo. No llevo la cuenta de los hijos adoptivos ni de los alcaldes honoríficos. Quiere decirse que de no sacar el ayuntamiento adelante esa propuesta me habría muerto sin enterarme. Ahora, en cambio, sé que lo fue y que dejó de serlo. Además, como la historia está loca, dentro de dos o tres generaciones pueden volver a ponerle los vestiditos respectivos. El otro día, escuchando a los tertulianos hablar del golpe de estado en Honduras, descubrí que más de uno se solazaba con la situación (qué rayos querrá decir solazar). Queda gente así.

Recuerdo perfectamente cuando nombraron a Mario Conde doctor honoris causa por la universidad complutense de Madrid. Se percibía en aquel gesto algo que olía mal, que echaba para atrás, como cuando hay tormenta y los sumideros rebosan. Hubo invitados que durante la ceremonia se llevaron los dedos a la nariz, ahí están las fotografías. ¿Sería conveniente despojarle ahora de tal honor? No estoy seguro, la verdad. Otra cosa es que le hubieran puesto una estatua, sobre todo una estatua ecuestre. No puedo ni imaginar a Mario Conde sobre un caballo, con una mano en las bridas y la otra saludando al público. Bueno, lo peor es que sí puedo imaginarlo.

dimecres, 1 de juliol del 2009

Significados metafóricos y literales

SIGNIFICADOS METAFÓRICOS Y LITERALES

Hasta que se popularizaron los transplantes de cara, ignorábamos que el término «descarado» tuviera un sentido literal. Pero hay, en efecto, gente sin cara como hay gente sin brazos o sin piernas. Metafóricamente, un descarado es un sinvergüenza. Lo curioso es que tener «mucha cara» significa lo mismo. Va a ser verdad, como decía mi pobre padre, que los extremos se tocan. Los padres suelen llevar razón con veinte, treinta y hasta cuarenta años de retraso, lo que constituye un auténtico desastre, pues sólo hay algo peor que una mentira: una verdad a destiempo. En mi infancia, había dos clases de niños: los descarados y los educados. Los educados eran, en realidad, tímidos. Lo sé porque yo era educado. Cuando mis mayores me felicitaban, ignoraban que estaban promocionando mi timidez, mi miedo a la realidad, mi pánico a la gente. En fin la vida.

Ya se han autorizado en España los transplantes de cara. Y hay lista de espera. Las autoridades, para despejar las dudas de los donantes, aseguran que el rostro transplantado no se parecerá al que lo cede, sino al que lo recibe. O sea, que es la calavera la que imprime carácter. El rostro viene a ser como el musgo sobre la piedra: se adapta a sus irregularidades. La misma cara, sobre calaveras diferentes, tiene expresiones distintas. Estos días hemos visto por la tele varios rostros transplantados y aún no quedan muy bien, pero todo se andará. En ese terreno, estamos en la edad de la mecánica. Cuando se llegue a la de la genética, bastará colocar sobre el hueso el gen de la cara para que salga una cara nueva. Lo bueno es que ni siquiera tendrá que ser un gen de ser humano. Cuando a una mosca le pones el gen de un brazo, fabrica un ala, porque el gen sabe que en ese contexto orgánico es lo que toca. Del mismo modo, si sobre una calavera humana pones un gen de mosca, sale un rostro como el mío, o el de usted, no se ofenda, no estamos tan lejos de las moscas. Lo sorprendente, como señalaba al principio es que una expresión (ser un descarado) nazca como metáfora y evolucione hacia la literalidad, pues lo normal es lo contrario. Dentro de nada, llamar a alguien descarado será políticamente incorrecto. Protestarán las asociaciones de la gente sin cara.