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divendres, 22 de setembre del 2006

De nonatos y póstumos

DE NONATOS Y PÓSTUMOS

Entre las expresiones que más me marcaron de pequeño se encuentra la de hijo póstumo. Tuve un vecino del que mi madre, viniera a cuento o no, afirmaba que era hijo póstumo. El chico tenía mi edad y era, lógicamente, huérfano. En algún momento me enteré de que había nacido después de que muriera su padre, y que por eso precisamente era póstumo. La situación me habría colmado de perplejidad de no ser porque ya estaba repleto de ella. Soy perplejo por naturaleza, es mi carácter. La cosa más normal del mundo me produce extrañeza. Pero hay extrañezas y extrañezas. Un hijo póstumo le pone los pelos de punta al más templado. Pregunté a mi madre si se podía ser hijo póstumo de madre y me dio un bofetón.

-¿Te imaginas a alguien naciendo de una mujer muerta?

La verdad es que sí me lo imaginaba. Casi podía ver al crío creciendo dentro de la madre fallecida, moviéndose por sus entrañas como por las habitaciones de un caserón vacío. Escribí un cuento que escondí. Aun lo tengo escondido, para no disgustar a mi madre. El tiempo, por otra parte, me ha dado casi la razón. De vez en cuando nace un niño de una madre en coma. El coma no es la muerte, pero se parece mucho. He escrito un cuento también sobre un niño que crece en el interior de una madre en coma. El crío se mueve por las oquedades de la mujer como un fantasma por un palacio casi deshabitado. Lo tengo sin publicar, también por miedo a mamá.

No me había repuesto de la expresión hijo póstumo cuando escuché la palabra nonato referida a un santo. Pregunté a mi madre qué rayos quería decir y me respondió que un nonato era alguien que no había nacido. Tampoco resultó fácil entender cómo se podía ser alguien sin haber nacido, pero mamá no cejó hasta colmar mi perplejidad. Me dijo que los ricos comían corderos y cochinillos nonatos porque estaban más tiernos. Es mi deseo publicar una novela póstuma y otra nonata. Lo de la póstuma no presenta mayores problemas: basta con que la deje escrita antes de morir (o de entrar en coma). No he encontrado, sin embargo, solución a la nonata. Y es en lo que estoy ahora.

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