TRADUCE ESTA PAGINA

Visites

Contadores Gratis
Contadores Web
contadores de visitas

dimarts, 6 de juny del 2006

La plaga

LA PLAGA

Cuando la nueva generación de pesticidas, insuficientemente experimentados, acabó con las moscas, la palabra mosca ocupó su lugar resultando más molesta que el insecto desaparecido. Dicho vocablo zumbaba por las habitaciones durante el verano, golpeándose contra los cristales de las ventanas, en los que dejaba una mancha de tinta difícil de limpiar. La palabra mosca se posaba también en la encimera de la cocina, cerca de los alimentos, y en la frente de los enfermos. Acudía a los cadáveres con una diligencia sorprendente, donde depositaban sus larvas. Y sólo se podía eliminar por medios mecánicos, pues los químicos no le afectaban. Las había de todos los tamaños, aunque las más molestas pertenecían a la familia tipográfica Times y se presentaban con un cuerpo 13, en negrita (mosca), lo que las hacía más repugnantes.

Cuando la plaga alcanzó un punto insufrible, alguien sugirió que se quitaran del alfabeto las letras de que estaba compuesto el término mosca. Pero la idea se desechó enseguida, habida cuenta de que la desaparición de la eme, la o, la ese, la ce y la a atacaría a la estructura de la lengua. Las palabras caso y cosa, por ejemplo, desparecerían por completo, pero otras como mano y boca quedarían gravemente mutiladas. Un presentador de televisión muy aficionado a la expresión «por antonomasia» llevó adelante la campaña que evitó lo que sin duda habría sido un desastre lingüístico. De modo que nos tuvimos que resignar a la invasión de la palabra mosca, a la que se sumó muy pronto la de moscardón, que, aunque tardó más en extinguirse, también desapareció, siendo sustituido por su término.

Hace poco fui al médico para que me mirara una especie de hormigueo que venía sintiendo en las piernas. El doctor me recetó unas pastillas con las que desapareció. Pero ayer estaba observando cómo copulaba una mosca con un moscardón sobre el brazo del sofá, cuando volví a sentir el hormigueo. Al ir a rascarme, tropecé con la palabra hormigueo subiéndome por las piernas. Estaba compuesta de itálicas, del cuerpo ocho. Me temo que esto no ha hecho más que empezar.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada