TRADUCE ESTA PAGINA

Visites

Contadores Gratis
Contadores Web
contadores de visitas

dimarts, 13 de juny del 2006

Acaban con nosotros

ACABAN CON NOSOTROS

El otro día, para fastidiar a Bush, se suicidaron tres presos de la prisión de Guantánamo. Menos mal que las autoridades norteamericanas se dieron cuenta en seguida de que se trataba de un acto terrorista. Así lo anunció Harry Harris, contralmirante de la famosa prisión ilegal: «Los suicidios no fueron un acto de desesperación». «Fueron un acto de guerra». Para quien tuviera dudas, añadió que las muertes habían sido claramente planeadas para dañar los intereses de los EE UU. Si estando presos hacen tanto daño al mundo, no queremos imaginar su capacidad de destrucción en libertad. La maldad de esta gente llega al punto de que hay, por lo visto, 18 presos en huelga del hambre, con el dolor que proporciona al mundo libre el hambre. O se suicidan o no comen, tal es el panorama. ¿Es o no es para matarlos?

Los terroristas siempre obtienen ventajas de la democracia. Los cadáveres de los tres presos aludidos más arriba fueron tratados con el máximo respeto a su cultura. Y no porque se lo mereciesen, sino porque nosotros somos así, señora. Bush ha ordenado que no se suicide un preso más. No sabemos cómo podrá evitarlo, pero las torturas ensayadas en Abu Grahib fueron muy eficaces. De hecho, en aquella prisión no se suicidó nadie. Los matábamos nosotros, que es lo que debe ser. El fallo de Guantánamo es que se les ha tratado demasiado bien. Tienen unas celdas con toda la luz del mundo (a las que los enemigos de la libertad llaman jaulas) y no se les aplica la picana, ni se les sodomiza, ni se les asusta con perros policía. La única tortura que se aplica en Guantánamo es la privación sensorial, que consiste en marearte de tal modo que al final no sabes ni quién eres, ni de dónde vienes ni a dónde vas. Pero nos ocurre a todos, por favor. Es un problema filosófico.

Siempre se ha dicho que los suicidios proliferan en las sociedades acomodadas. Y esto es lo que pasa en Guantánamo, que los presos viven como ricos y se vuelven flojos. No basta con que la prisión sea ilegal, ni con que lo presos ignoren de qué se les acusa, ni con tenerlos a pan y agua detrás de los barrotes. Hay que endurecer un poco las condiciones de su secuestro. Si no, a base de suicidarse, acaban con nosotros.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada