UNA HIJA SECRETA
En un mundo sin publicidad, ¿qué lugar ocuparía el Fairy en nuestros corazones? Lo digo porque el otro día soñé con este lavavajillas. En el sueño, habían venido a comer a casa unos amigos. Creo, por el modo en que vestían, que era domingo. Mientras comíamos, yo comenzaba a obsesionarme con la cantidad de vajilla utilizada. Habíamos puesto copas y platos delicados, de los que era preciso lavar a mano. Menos mal, pensé en el sueño, que tenemos Fairy. El problema es que cuando la gente se marchó y recogimos la mesa descubrí con espanto que la botella de detergente estaba vacía.
-¿Qué hacemos ahora? –preguntaba a mi mujer.
-No sé –decía ella-. Si quieres me acerco a los chinos.
-Deja, que ya voy yo.
De modo que me ponía el abrigo y me acercaba a la tienda, donde acababan de vender en ese instante la última botella que les quedaba de Fairy a una cría de 15 ó 16 años (bellísima, por cierto) a la que le propuse que me lo cediera a cambio de pagarle el doble de lo que le había costado. La chica aceptaba y se iba tan contenta. Yo regresaba a casa y me ponía a fregar, que es una actividad zen de la que siempre obtengo una gran paz espiritual. Mientras pasaba la esponja por el interior de las copas, caía en la cuenta de que la adolescente que me había vendido el Fairy era en realidad una hija mía de cuya existencia no tenía conocimiento. Me desperté aterrado, fui a la cocina a beber agua y no pude resistir la tentación de mirar debajo de la pila para comprobar, con sorpresa, que la botella de Fairy se encontraba vacía y no teníamos otra de repuesto. Regresé a la cama y dormí mal.
Al día siguiente me acerqué a los chinos a comprar el pan y, de paso, una botella de Fairy. No ocurrió nada anormal, pero yo tenía la sensación de estar aún dentro del sueño, de cuya turbación continuaba siendo víctima. ¿Cómo era posible, me pregunté, que un producto comercial se hubiera metido de este modo en mi intimidad? Pues lo era, ya ven. Y quizá no me ocurra sólo a mí. Tal vez por eso TVE está registrando unas audiencias históricas desde que no emite publicidad.
En un mundo sin publicidad, ¿qué lugar ocuparía el Fairy en nuestros corazones? Lo digo porque el otro día soñé con este lavavajillas. En el sueño, habían venido a comer a casa unos amigos. Creo, por el modo en que vestían, que era domingo. Mientras comíamos, yo comenzaba a obsesionarme con la cantidad de vajilla utilizada. Habíamos puesto copas y platos delicados, de los que era preciso lavar a mano. Menos mal, pensé en el sueño, que tenemos Fairy. El problema es que cuando la gente se marchó y recogimos la mesa descubrí con espanto que la botella de detergente estaba vacía.
-¿Qué hacemos ahora? –preguntaba a mi mujer.
-No sé –decía ella-. Si quieres me acerco a los chinos.
-Deja, que ya voy yo.
De modo que me ponía el abrigo y me acercaba a la tienda, donde acababan de vender en ese instante la última botella que les quedaba de Fairy a una cría de 15 ó 16 años (bellísima, por cierto) a la que le propuse que me lo cediera a cambio de pagarle el doble de lo que le había costado. La chica aceptaba y se iba tan contenta. Yo regresaba a casa y me ponía a fregar, que es una actividad zen de la que siempre obtengo una gran paz espiritual. Mientras pasaba la esponja por el interior de las copas, caía en la cuenta de que la adolescente que me había vendido el Fairy era en realidad una hija mía de cuya existencia no tenía conocimiento. Me desperté aterrado, fui a la cocina a beber agua y no pude resistir la tentación de mirar debajo de la pila para comprobar, con sorpresa, que la botella de Fairy se encontraba vacía y no teníamos otra de repuesto. Regresé a la cama y dormí mal.
Al día siguiente me acerqué a los chinos a comprar el pan y, de paso, una botella de Fairy. No ocurrió nada anormal, pero yo tenía la sensación de estar aún dentro del sueño, de cuya turbación continuaba siendo víctima. ¿Cómo era posible, me pregunté, que un producto comercial se hubiera metido de este modo en mi intimidad? Pues lo era, ya ven. Y quizá no me ocurra sólo a mí. Tal vez por eso TVE está registrando unas audiencias históricas desde que no emite publicidad.
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