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dissabte, 18 de març del 2006

Ofensores y ofendidos

OFENSORES Y OFENDIDOS

Francisco Vázquez será un perfecto embajador de España ante el Vaticano. Tiene la untuosidad de un obispo y puede, como cualquier prelado que se precie, manifestar una idea y practicar otra. La diplomacia vaticana es poliédrica. Sus portavoces condenan el aborto a las nueve de la mañana y aplauden la pena de muerte a las diez. Gran parte de su éxito histórico consiste en tener discursos para todos los gustos. La Iglesia es una gran superficie de peroratas:

-Perdón, deseo una perorata capitalista.

-Al fondo a la derecha.

-Y yo una perorata socialista.

-Al fondo a la izquierda.

-Yo busco un mensaje agresivo, bravucón, guerracivilista, un mensaje de ultraderecha puro y duro.

-Pues sintonice la COPE, que también es nuestra.

Francisco Vázquez habla como un socialista, pero su lenguaje no verbal es de derechas, o al revés, según convenga. Se declara demócrata y admirador de Fraga sin cambiar de color (me refiero a Fraga Iribarne, ese individuo felizmente reinsertado tras haber pertenecido al núcleo duro de la banda armada de Franco). También le gusta el Opus, que como todo sabemos es un ejemplo de democracia interna, de antisecta, de racionalidad histórica. Hará un papel brillante en Roma.

Ya lo ha empezado a hacer. Acaba de declarar, para ganarse las simpatías de la curia, que la ley de matrimonios homosexuales fue una agresión al Vaticano. Aquí tenemos un ejemplo claro de actitud sibilina, monjil, furtiva. Resulta que es el Vaticano el ofendido. La Iglesia lleva siglos persiguiendo a los homosexuales. Los ha calificado de enfermos, de perversos, de malignos. Los ha llevado a la hoguera, ha recomendado para ellos los manicomios, el electroshock y los tratamientos psiquiátricos o carcelarios más duros que quepa imaginar en mente humana. Pero los homosexuales no deben ofenderse por toda esa injusticia histórica. Es la Iglesia la que debe molestarse cuando se les deja de perseguir. Eso es diplomacia vaticana y lo demás son cuentos. Enhorabuena, tío.

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