TRADUCE ESTA PAGINA

Visites

Contadores Gratis
Contadores Web
contadores de visitas

dimecres, 28 de febrer del 2007

Alter ego

ALTER EGO

En la mesa de al lado, dos chicas hablaban de un videojuego, Los Sims, que es el precursor del ya famoso Second Life. Ambas estaban enganchadas a él porque les permitía vivir vidas alternativas en las que, curiosamente, no hacían cosas muy diferentes de las de la vida real.

-Ayer -dijo una- tenía una cena en casa, con los vecinos, pero no salió bien, no fui una buena anfitriona. Además, mi marido dio la nota. No sé qué voy a hacer con él.

No se refería a sí misma, claro, sino al personaje que interpretaba en el videojuego, pero su identificación con él era tal que hablaba en primera persona. A veces, como en la cafetería había mucho ruido, me perdía fragmentos de la conversación y luego me costaba distinguir cuándo discutían acerca de la vida real y cuándo acerca de la virtual. Daba la impresión de que las conexiones entre ambas estaban cruzadas, de manera que las puertas de una conducían a las habitaciones de la otra. Esto a mucha gente le parece escandaloso, pero así funcionábamos también antes de la aparición de los videojuegos. Nuestros yoes fantásticos interactuaban (e interactúan) con los reales por un sistema parecido al que mantiene unido el deseo con la realidad. Los lectores de novelas conocen muy bien el grado de identificación que puede llegar a producirse entre el lector y el personaje. Las cosas nuevas, en fin, lo son siempre en un grado relativo.

-Tuviste un hijo, ¿no? -preguntó de repente una de las chicas.

-Sí -respondió la otra-, pero se me murió la semana pasada.

Comprendí enseguida que se de trataba de un hijo virtual, pero la noticia, así como la expresión de la chica al confesarlo, me produjo un raro desasosiego. También a ellas, pues a partir de ese instante la conversación adquirió un tono algo sombrío. Luego, al advertir que estaba pendiente de lo que decían, bajaron la voz y me dejaron solo. Pagué el café y salí a la calle que, con las luces recién encendidas y los suelos brillantes por la lluvia, parecía la calle de un videojuego en el que yo era, claramente, el alter ego de alguien real. ¿Pero de quién?

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada