ALGO NO ENCAJA
No he escuchado a nadie hablar mal de la Revolución Industrial, pero poca gente habla bien de la industria. Lo concreto tiene incomodidades de las que carece lo abstracto. Las generalidades funcionan mejor que las particularidades. Se suele decir que la teoría es muy bonita y que es en la práctica donde saltan las chispas. La vida cotidiana es el reino de lo concreto. Hay que arreglar este grifo, es preciso renovar la vajilla, necesito un traje nuevo, el salario no llega… Pero lo concreto es un poco embrutecedor. La historia de la humanidad es en cierto modo la historia de la huida de lo básico. Las técnicas de conservación de los alimentos permitieron aplazar la angustia provocada por la incertidumbre de lo que comeremos mañana. Para hacer filosofía o literatura es preciso tener tiempo libre.
La Unión Europea era, sobre el papel, una idea fantástica. Pero llevarla a la práctica nos está dando muchos dolores de cabeza, tantos que la Unión Europea, en la práctica, no existe o ha quedado reducida a la unión monetaria: el euro. El problema es que las cosas inexistentes, una vez puestas en marcha, dan tanto trabajo, y provocan tantos gastos, como las existentes. Vean, si no, la cantidad de instituciones, funcionarios y sedes que tiene en la actualidad la Unión Europea. Para no existir, nos cuesta un riñón. Y me refiero, claro, a la existencia real, concreta, tangible. ¿Acaso noto yo en mi vida diaria la existencia de esa institución supranacional? ¿La percibo al desayunar, al comer, al meterme en el metro o subirme al autobús? Francamente, no. Y yo puedo tener problemas de percepción, de acuerdo, pero es que he realizado una encuesta sin valor estadístico entre mis allegados y les ocurre lo mismo.
Si Grecia no formara parte de la Unión Europea, habría devaluado su dracma y aquí paz y después gloria. La solución, a veces, pasa por cambiar de tamaño. Pero como forma parte del tinglado acudimos «en su rescate». De acuerdo. Lo que no logramos entender es que las bolsas suban frente a esta operación, con lo caros que son los rescates. Quiere decirse que algo no encaja. Quizá un servidor.
No he escuchado a nadie hablar mal de la Revolución Industrial, pero poca gente habla bien de la industria. Lo concreto tiene incomodidades de las que carece lo abstracto. Las generalidades funcionan mejor que las particularidades. Se suele decir que la teoría es muy bonita y que es en la práctica donde saltan las chispas. La vida cotidiana es el reino de lo concreto. Hay que arreglar este grifo, es preciso renovar la vajilla, necesito un traje nuevo, el salario no llega… Pero lo concreto es un poco embrutecedor. La historia de la humanidad es en cierto modo la historia de la huida de lo básico. Las técnicas de conservación de los alimentos permitieron aplazar la angustia provocada por la incertidumbre de lo que comeremos mañana. Para hacer filosofía o literatura es preciso tener tiempo libre.
La Unión Europea era, sobre el papel, una idea fantástica. Pero llevarla a la práctica nos está dando muchos dolores de cabeza, tantos que la Unión Europea, en la práctica, no existe o ha quedado reducida a la unión monetaria: el euro. El problema es que las cosas inexistentes, una vez puestas en marcha, dan tanto trabajo, y provocan tantos gastos, como las existentes. Vean, si no, la cantidad de instituciones, funcionarios y sedes que tiene en la actualidad la Unión Europea. Para no existir, nos cuesta un riñón. Y me refiero, claro, a la existencia real, concreta, tangible. ¿Acaso noto yo en mi vida diaria la existencia de esa institución supranacional? ¿La percibo al desayunar, al comer, al meterme en el metro o subirme al autobús? Francamente, no. Y yo puedo tener problemas de percepción, de acuerdo, pero es que he realizado una encuesta sin valor estadístico entre mis allegados y les ocurre lo mismo.
Si Grecia no formara parte de la Unión Europea, habría devaluado su dracma y aquí paz y después gloria. La solución, a veces, pasa por cambiar de tamaño. Pero como forma parte del tinglado acudimos «en su rescate». De acuerdo. Lo que no logramos entender es que las bolsas suban frente a esta operación, con lo caros que son los rescates. Quiere decirse que algo no encaja. Quizá un servidor.
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