TRADUCE ESTA PAGINA

Visites

Contadores Gratis
Contadores Web
contadores de visitas

dimecres, 4 d’abril del 2007

Versiones

VERSIONES

Maradona tiene «desarreglos alimentarios». ¿Y quién no? El mundo es un agujero que pide ser rellenado todo el rato, no importa de qué. El mundo es una boca, una aspiradora, un pozo sin fondo. El gato se come al ratón, el ratón al insecto y así sucesivamente. No hay en la naturaleza un solo individuo que no coma, un solo animal en el que el cerebro ocupe más que el estómago. Las flatulencias de una vaca provocan la misma contaminación que un automóvil en un recorrido de 50 kilómetros. Pero la vaca, pobre, no tiene la culpa: está en su naturaleza tragar verduras como en la nuestra devorar filetes. Todos, tarde o temprano, nos comemos unos a otros. En eso consiste el milagro de la vida.

Maradona no puede resistir las ganas de comer. Le operaron para que volviera a su tamaño, pero apenas pasada la convalecencia, ahí está de nuevo metiéndose cosas por la boca. Otros se sentirían suficientemente alimentados con sus dosis de gloria, de dinero de poder. El jugador de fútbol, en cambio, ha utilizado el poder y la gloria para forrarse el cuerpo de filetes de vaca, de alcohol, de pasteles de chocolate. Resulta curioso que los argentinos le llamen Dios (algunos, muy en serio), porque está en la naturaleza de Dios devorar constelaciones. Dios, de ser algo, es una boca llena de agujeros negros insaciables. No importa lo que metas por uno de esos agujeros: siempre les cabe otro universo, con todos sus marcianos dentro.

Las estrellas, llegado un punto de su vida, se colapsan, es decir, se devoran a sí mismas. Cuando hacemos régimen, el cuerpo se traga las reservas de grasa acumuladas en el panículo adiposo. Nos devoramos a nosotros mismos. Comer, comer, incluso comernos, tal es el mandato con el que venimos a este mundo. La vida de un ciervo, desde que se levanta hasta que se acuesta, no tiene otro objeto que el de encontrar la forma de comer sin ser comido. Maradona, con sus desarreglos alimentarios, nos recuerda la servidumbre que implica ser un invento biológico. Se puede invertir esa tendencia. La anorexia lo hace. Pero la necesidad de estar vacío es una versión más de estar lleno.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada