QUE SEA ENHORABUENA
María Kodama es la viuda abusiva de Borges al modo que en que Yoko Ono es la viuda abusiva de Lennon. Las viudas abusivas son aquellas que no se conforman con heredar los derechos de autor (que habrían hecho feliz a la de Tolstoi), sino que se sienten dueñas de su patrimonio intelectual (real o imaginado) y proclaman lo que el fallecido pensaría de esto o de lo otro. María Kodama estuvo en Santander y realizó las típicas declaraciones refrescantes de las universidades de verano, o sea, que su difunto, de vivir, no usaría las nuevas tecnologías. En las nuevas tecnologías lo incluyó todo, desde el teléfono móvil hasta Facebook. Las generalizaciones son fantásticas porque le evitan a uno el esfuerzo de matizar, que viene a ser el de pensar. Pensar es horrible, sobre todo frente un alumnado que se duerme.
En cierto modo llevaba razón María Kodama. Borges no usaría Internet porque se habría limitado a inventarlo. Cuando a uno se le ocurre un asunto de tal naturaleza, luego le da pereza ir a él, del mismo modo que al que cocina se le quita el apetito. Pero seguro que Borges imaginó un periódico cuya primera página había cambiado cuando llegabas a la última, incluso un periódico sin páginas, al modo de aquel libro de arena cuyas hojas no había manera de pasar ni humedeciéndose el dedo con la punta de la lengua.
También soñó, no lo duden, con una enciclopedia que se actualizaba de forma permanente, de manera que podías leer en ella hasta tu propia muerte. Una enciclopedia de tales características, sin ser un periódico, está hibridada por él. Y eso es la Wikipedia, un periódico que tiene algo de enciclopedia y viceversa.
Así que María Kodama, que actualiza el pensamiento de Borges en las universidades de verano, a las que el rigor se les supone, ha hablado sobre El jardín de senderos que se bifurcan, quejándose amargamente de que nos refiramos a él como El jardín de los senderos que se bifurcan. Dice que ese artículo (los) va contra el espíritu del relato de su difunto. Y no decimos que no, pero tampoco es para tanto, chica. Lo que pasa es que actualizar de verdad el pensamiento de Borges da mucho trabajo, mientras que discutir sobre un artículo de más o de menos está chupado. Que sea enhorabuena.
María Kodama es la viuda abusiva de Borges al modo que en que Yoko Ono es la viuda abusiva de Lennon. Las viudas abusivas son aquellas que no se conforman con heredar los derechos de autor (que habrían hecho feliz a la de Tolstoi), sino que se sienten dueñas de su patrimonio intelectual (real o imaginado) y proclaman lo que el fallecido pensaría de esto o de lo otro. María Kodama estuvo en Santander y realizó las típicas declaraciones refrescantes de las universidades de verano, o sea, que su difunto, de vivir, no usaría las nuevas tecnologías. En las nuevas tecnologías lo incluyó todo, desde el teléfono móvil hasta Facebook. Las generalizaciones son fantásticas porque le evitan a uno el esfuerzo de matizar, que viene a ser el de pensar. Pensar es horrible, sobre todo frente un alumnado que se duerme.
En cierto modo llevaba razón María Kodama. Borges no usaría Internet porque se habría limitado a inventarlo. Cuando a uno se le ocurre un asunto de tal naturaleza, luego le da pereza ir a él, del mismo modo que al que cocina se le quita el apetito. Pero seguro que Borges imaginó un periódico cuya primera página había cambiado cuando llegabas a la última, incluso un periódico sin páginas, al modo de aquel libro de arena cuyas hojas no había manera de pasar ni humedeciéndose el dedo con la punta de la lengua.
También soñó, no lo duden, con una enciclopedia que se actualizaba de forma permanente, de manera que podías leer en ella hasta tu propia muerte. Una enciclopedia de tales características, sin ser un periódico, está hibridada por él. Y eso es la Wikipedia, un periódico que tiene algo de enciclopedia y viceversa.
Así que María Kodama, que actualiza el pensamiento de Borges en las universidades de verano, a las que el rigor se les supone, ha hablado sobre El jardín de senderos que se bifurcan, quejándose amargamente de que nos refiramos a él como El jardín de los senderos que se bifurcan. Dice que ese artículo (los) va contra el espíritu del relato de su difunto. Y no decimos que no, pero tampoco es para tanto, chica. Lo que pasa es que actualizar de verdad el pensamiento de Borges da mucho trabajo, mientras que discutir sobre un artículo de más o de menos está chupado. Que sea enhorabuena.
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