EL PROSPECTO ES UN PELIGRO
Todas las medicinas tienen efectos secundarios. El problema es que hay algunas que solo tienen efectos secundarios. En eso, las medicinas se parecen a algunas guerras: que las mires por donde las mires no hay forma de encontrarles el lado bueno. Pienso en todo esto mientras me meto en la boca la pastilla que, por recomendación médica, sustituye al gin tonic de media tarde. La pastilla de media tarde. Suelo llevarla en el bolsillo del vaquero destinado a la calderilla, que he desplazado a uno de los bolsillos de atrás. Cuando era joven, me reía de los efectos secundarios de las pastillas. Ahora me río de sus efectos curativos. La risa no va por barrios, va por edades, como queda demostrado con la medicación y la automedicación. Cuando era joven me automedicaba mucho. Ahora no me fío ni de la prescripción facultativa. En Panamá caen como moscas por culpa de un jarabe para la tos cuya glicerina contenía dietinleglicol tóxico, lo que a simple vista parece una redundancia, pues aun sin saber qué rayos es el dietinleglicol, uno intuye que no puede hacer bien alguno. Total, que te tomabas el jarabe y lejos de dejar de toser escupías los pulmones con la tos. La glicerina había sido adquirida en China por unos laboratorios españoles que la enviaron a su vez a Panamá, donde confeccionaron el jarabe. A mí me volvían loco los jarabes para la tos con codeína, porque me colocaban un poco, como el antiguo optalídón. Pero ahora, sabiendo que llevan también glicerina, y que ésta puede proceder de China, me voy a cortar un poco. Es a lo que nos referíamos al hablar de los fármacos que sólo provocan efectos colaterales. A veces provocan un solo efecto colateral: la muerte.
Como aún no me he tragado la pastilla, a la que doy tontamente vueltas en la boca mientras el camarero me trae el agua con gas, la escupo sin disolver apenas. A ver si me va a producir más daño del que pretendía aliviar. Total, que cambio la medicación de media tarde por el gin tonic de media tarde y me quedo tan fresco. El gin tonic, tomado con moderación carece de efectos secundarios. Solo posee efectos curativos. Por eso te lo dan sin prospecto. Todo lo que viene con prospecto constituye una amenaza. Es otra de las cosas que aprendes con los años.
Todas las medicinas tienen efectos secundarios. El problema es que hay algunas que solo tienen efectos secundarios. En eso, las medicinas se parecen a algunas guerras: que las mires por donde las mires no hay forma de encontrarles el lado bueno. Pienso en todo esto mientras me meto en la boca la pastilla que, por recomendación médica, sustituye al gin tonic de media tarde. La pastilla de media tarde. Suelo llevarla en el bolsillo del vaquero destinado a la calderilla, que he desplazado a uno de los bolsillos de atrás. Cuando era joven, me reía de los efectos secundarios de las pastillas. Ahora me río de sus efectos curativos. La risa no va por barrios, va por edades, como queda demostrado con la medicación y la automedicación. Cuando era joven me automedicaba mucho. Ahora no me fío ni de la prescripción facultativa. En Panamá caen como moscas por culpa de un jarabe para la tos cuya glicerina contenía dietinleglicol tóxico, lo que a simple vista parece una redundancia, pues aun sin saber qué rayos es el dietinleglicol, uno intuye que no puede hacer bien alguno. Total, que te tomabas el jarabe y lejos de dejar de toser escupías los pulmones con la tos. La glicerina había sido adquirida en China por unos laboratorios españoles que la enviaron a su vez a Panamá, donde confeccionaron el jarabe. A mí me volvían loco los jarabes para la tos con codeína, porque me colocaban un poco, como el antiguo optalídón. Pero ahora, sabiendo que llevan también glicerina, y que ésta puede proceder de China, me voy a cortar un poco. Es a lo que nos referíamos al hablar de los fármacos que sólo provocan efectos colaterales. A veces provocan un solo efecto colateral: la muerte.
Como aún no me he tragado la pastilla, a la que doy tontamente vueltas en la boca mientras el camarero me trae el agua con gas, la escupo sin disolver apenas. A ver si me va a producir más daño del que pretendía aliviar. Total, que cambio la medicación de media tarde por el gin tonic de media tarde y me quedo tan fresco. El gin tonic, tomado con moderación carece de efectos secundarios. Solo posee efectos curativos. Por eso te lo dan sin prospecto. Todo lo que viene con prospecto constituye una amenaza. Es otra de las cosas que aprendes con los años.
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