PACIENCIA DE SANTO
Al mismo tiempo que las autoridades médicas aseguran que la homeopatía y las medicinas alternativas en general son un placebo, desde las autoridades financieras se lanza la idea de un nuevo producto laboral, el minijob, que es al trabajo lo que la acupuntura a los dolores de espalda: un placebo. Sale uno del minijob como del acupuntor, diciéndose qué bien, qué alivio, pero cuando llegas a casa has de tomarte un paracetamol o un ansiolítico porque ni las agujas han curado la enfermedad ni el minijob te ha solucionado la vida. Por si fuera poco, la palabra con la que hemos bautizado esta nueva modalidad de homeopatía laboral, minijob, lleva dentro de sí una contradicción gigantesca, pues para soportar lo que significa debemos llevar dentro un gran Job, el santo bíblico de la paciencia.
Otro placebo que alivia mucho las dolencias del espíritu y algunas cefaleas de origen nervioso es el consumo, el ir de compras. El problema es que sale por un ojo de la cara y ya no nos quedan ojos, que se los llevó la hipoteca o el último plazo del monovolumen. Así que lo del minijob estaría bien en una minirrealidad donde se practicara un miniconsumo. Una realidad, por ejemplo, en la que las tiendas tuvieran un metro de altura y en las que hubiéramos de entrar, lógicamente, agachados. Una realidad en la que hubiera una mininochebuena y un mininavidad y unos minirreyes magos. No es probable que el minijob funcione como una de esas reducciones de estómago gracias a las que uno se sacia con un par de aceitunas y un yogur.
Por el contrario, el minijob podría estimular las ganas de tener un trabajo como Dios manda, expresión que tanto le gusta utilizar a Rajoy. En el mundo de las falsificaciones y de la homeopatía han tardado mucho en encontrar el trabajo falso y el salario falso y el horario falso, pero aquí está, por fin, y en inglés, que es el idioma en el que en España se cometen todas las estafas. Échenle un vistazo, si no, a las empresas de la trama Gürtel o las fundaciones sin ánimo de lucro de Urdangarín. Parece que si una institución se llama De Goes Center Stakeholder Management SL no puede ser fraudulenta, ni tóxica. Pues el minijob lo reúne todo.
Al mismo tiempo que las autoridades médicas aseguran que la homeopatía y las medicinas alternativas en general son un placebo, desde las autoridades financieras se lanza la idea de un nuevo producto laboral, el minijob, que es al trabajo lo que la acupuntura a los dolores de espalda: un placebo. Sale uno del minijob como del acupuntor, diciéndose qué bien, qué alivio, pero cuando llegas a casa has de tomarte un paracetamol o un ansiolítico porque ni las agujas han curado la enfermedad ni el minijob te ha solucionado la vida. Por si fuera poco, la palabra con la que hemos bautizado esta nueva modalidad de homeopatía laboral, minijob, lleva dentro de sí una contradicción gigantesca, pues para soportar lo que significa debemos llevar dentro un gran Job, el santo bíblico de la paciencia.
Otro placebo que alivia mucho las dolencias del espíritu y algunas cefaleas de origen nervioso es el consumo, el ir de compras. El problema es que sale por un ojo de la cara y ya no nos quedan ojos, que se los llevó la hipoteca o el último plazo del monovolumen. Así que lo del minijob estaría bien en una minirrealidad donde se practicara un miniconsumo. Una realidad, por ejemplo, en la que las tiendas tuvieran un metro de altura y en las que hubiéramos de entrar, lógicamente, agachados. Una realidad en la que hubiera una mininochebuena y un mininavidad y unos minirreyes magos. No es probable que el minijob funcione como una de esas reducciones de estómago gracias a las que uno se sacia con un par de aceitunas y un yogur.
Por el contrario, el minijob podría estimular las ganas de tener un trabajo como Dios manda, expresión que tanto le gusta utilizar a Rajoy. En el mundo de las falsificaciones y de la homeopatía han tardado mucho en encontrar el trabajo falso y el salario falso y el horario falso, pero aquí está, por fin, y en inglés, que es el idioma en el que en España se cometen todas las estafas. Échenle un vistazo, si no, a las empresas de la trama Gürtel o las fundaciones sin ánimo de lucro de Urdangarín. Parece que si una institución se llama De Goes Center Stakeholder Management SL no puede ser fraudulenta, ni tóxica. Pues el minijob lo reúne todo.
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